Y es que las encuestas tienen al partido de López Obrador tan arriba de la oposición que nada lo debilita. Son casi cinco años que tanto el PAN, PRI, PRD, entre otros partidos opositores y la clase empresarial se han roto la cabeza para poder lograr posicionar candidatas y candidatos que logren, al menos, dar una decorosa batalla en alguna encuesta. Pero esa misión ha sido un fracaso.
Según la última encuesta de El Financiero, la senadora Lilly Téllez tiene 29% de opinión favorable y le siguen la diputada Margarita Zavala, quien registró 26%, y el priista Enrique de la Madrid, con un 25%. Hasta este momento, serían serios contendientes para una candidatura común. Pero, ¿qué tanto músculo podrían mostrar contra la poderosa maquinaria morenista?
En la misma encuesta, Morena, PT y PVEM captan el 49% de la intención del voto, mientras que PAN, PRI y PRD suman 39% y Movimiento Ciudadano un pobre 8%.
La alternativa desde Estados Unidos
Ante este escenario, surge de nueva cuenta la figura de Ricardo Anaya, quien desde agosto del 2021 decidió no regresar a México, declarándose en un exilio político. Anaya teme una “venganza” del presidente por las acciones judiciales relacionadas con presuntos sobornos que supuestamente recibió durante el periodo en que fue diputado federal, a cambio de aprobar la Reforma Energética.
El pasado 5 de febrero, Anaya reapareció desde Estados Unidos, acompañando al presidente de su partido, Marko Cortés. Un día después subió un video lanzándose contra la iniciativa para reformar al Instituto Nacional Electoral (INE): “La enorme trampa que ya están preparando: Morena quiere quedarse con los 4 consejeros del INE que deben elegirse en este periodo”, dice en la retórica de más de cuatro minutos.
El resurgimiento de Anaya es importante, pues cuando es considerado en las encuestas suele seguir ocupando el primer lugar en el ánimo de los opositores. A pesar de que su vida familiar, ha estado durante mucho tiempo en Atlanta, Georgia.
La crisis de la alianza “Va x México” es tan aguda que incluso Anaya con la figura de nómada digital haría un mejor papel que políticos de mucho renombre. Ricardo hace campaña prácticamente desde el “home office”.