Este, sin duda, es un gran paso para Rosario y también deja muy mal parado al juez Ganther.
En todos lados se cuecen habas.
Y el Poder Judicial no es la excepción, aunque ya estamos viendo cambios importantes con la llegada de la ministra Piña, que no Yasmín, a la presidencia de la Corte.
Mientras hay quienes han hecho de su carrera un auténtico apostolado, hay otros... como Ganther o Delgadillo Padierna que, tras ver sus actuaciones, NO deberían pertenecer al Poder Judicial.
Lo bueno es que hay quienes, contra viento y marea, y, sobre todo, contra la visión punitiva que este gobierno ha impuesto (su mejor aliado es el miedo), han establecido criterios que atienden a la sustancia del nuevo sistema oral: el principio pro persona. La defensa de los derechos humanos.
Con decirles que ya la Corte Interamericana se encargó de enmendar la plana pidiendo a México que elimine la figura del arraigo y la ominosa figura de prisión preventiva oficiosa, tal cual lo trató de hacer el ministro Luis María Aguilar.
Y con gran gusto les cuento que, en estos días, el juez Eduardo Alberto Osorio dictó una cátedra ahí donde debe imperar la justicia: “señores fiscales, no coincido con ustedes, la prisión preventiva oficiosa es una medida inconvencional, es una medida inconstitucional de hecho porque tratados internacionales nos obligan…”
Recordó que los tratados internacionales a favor de los derechos humanos forman parte de nuestra Constitución a partir de la reforma al artículo primero del 2011. “Por lo que, la prisión preventiva debe ser una medida cautelar válida siempre y cuando sea proporcional, necesaria, excepcional…”.
Así pues, cuántas veces Rosario Robles, su abogado Epigmenio Mendieta -uno de los mejores abogados en el nuevo sistema penal acusatorio, de acuerdo con mi lic, el licenciado Coello Trejo-, toda su familia y amigos esperaron escuchar este argumento defensor del principio pro persona, de la presunción de inocencia, del famoso juez Ganther Alejandro Villar Ceballos, que jamás se atrevió a replantear la decisión que había tomado el sobrino de Dolores Padierna de privar de su libertad a Rosario Robles, ya todos sabemos que por venganza y razones políticas.
Por el contrario, y a pesar de los amparos ganados, el juez Ganther siempre encontraba un resquicio para regresar a Rosario a la alcantarilla, como ella misma dijo que la mandaron.