La Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa, que evalúa las condiciones en las que se ejerce el periodismo en 180 países, sitúa a México en la posición 127. Nuestro país se mantuvo en 2022, por cuarto año consecutivo, como el país más peligroso para los periodistas, al sumar 11 periodistas asesinados, tres más que en Ucrania, un país que actualmente se encuentra en guerra.
Estudios sitúan a Latinoamérica como la zona más peligrosa para ejercer la libertad de prensa, ya que la región acumula casi la mitad de las muertes violentas globales, 47.4% de periodistas en ejercicio de su profesión.
En total, este año, 57 periodistas han sido asesinados debido a su compromiso con la información, frente a los 48 asesinatos en 2021, y los 50 en 2020, así lo indica el informe de Reporteros Sin Fronteras. El 65% de todos ellos han sido asesinados en zonas consideradas en paz, pero las peores cifras las mantiene México.
La organización llamó también la atención sobre la cifra sin precedentes de mujeres periodistas en prisión, que se sitúa en 78 y supone un aumento histórico de en torno al 30%, en comparación con las cifras de 2021.
La violencia contra los periodistas en México no distingue alcances mediáticos. En días recientes, Ciro Gómez Leyva fue víctima de un atentado, del cual, afortunadamente, salió ileso.
Como lo detalló la organización Artículo 19 a inicios de diciembre, “en nuestro país la libertad de expresión se ejerce bajo asedio y en un contexto de constante agresión. El discurso estigmatizante desde el poder y contra las y los defensores de derechos humanos genera condiciones que perpetúan la violencia”.
Durante 2022, la organización ha documentado que la prensa es agredida cada 14 horas y, hasta el momento, han sido asesinados 12 periodistas debido a su labor. Las presiones de la sociedad civil, de organizaciones internacionales, así como los mecanismos de protección de las autoridades han sido insuficientes.