La Federación Internacional de Periodistas ha documentado 67 asesinatos de periodistas en lo que va del 2022, mientras que en 2021 reportó 47 casos, “una inversión de la disminución registrada en los últimos años”.
La guerra en Ucrania representa 12 muertes de medios, el número más alto en los 21 países donde se han registrado incidentes mortales, detalló la Federación.
“Pero el gobierno del terror de las organizaciones criminales en México, y la ruptura de la ley y el orden en Haití, también han contribuido al aumento de los asesinatos, con 11 y 6 documentados respectivamente”, agregó.
La Federación señaló que los periodistas en Colombia enfrentan una nueva violencia, amenazando con convertir al país en una zona de exterminio para periodistas y trabajadores de los medios una vez más y destrozando las perspectivas de libertad de prensa tras el acuerdo político para poner fin a décadas de sangrienta guerra civil.
En Asia Pacífico, el nuevo liderazgo en Filipinas no dio tregua a los ataques mortales contra periodistas con cuatro asesinatos en el primer año de la presidencia de Ferdinand "Bongbong" Romualdez Marcos Jr, mientras que cinco periodistas perdieron la vida en la crisis política en Pakistán, anotó.
"El aumento de los asesinatos de periodistas y otros trabajadores de los medios de comunicación es una grave causa de preocupación y otra llamada de atención para que los gobiernos de todo el mundo tomen medidas en defensa del periodismo, uno de los pilares clave de la democracia", dijo el secretario general de la FIP, Anthony Bellanger.
"La falta de acción solo envalentonará a quienes buscan suprimir el libre flujo de información y socavar la capacidad de las personas para hacer que sus líderes rindan cuentas, incluso para garantizar que quienes tienen poder e influencia no se interpongan en el camino de sociedades abiertas e inclusivas. Ahora es el momento de que la Asamblea General de la ONU apruebe la Convención de la FIP sobre la Seguridad e Independencia de los Periodistas", agregó.
"Estas cifras hacen una lectura sombría y arrojan serias dudas sobre la voluntad política por parte de los gobiernos para abordar amenazas tan graves a la libertad de prensa", agregó Bellanger.
"El número de periodistas detenidos simplemente por hacer su trabajo es una burla de las nobles declaraciones sobre derechos humanos y libertad de prensa hechas por demasiados gobiernos y pregonadas en conferencias internacionales. Tales compromisos suenan huecos para aquellos que languidecen en prisiones sin cargos ni ninguna base legal para su arresto. Es hora de que la comunidad internacional actúe para garantizar que todos los periodistas detenidos ilegalmente sean liberados", dijo.