Es muy probable que un gran número de quienes sean echados a México lo sean de manera injusta. Pero veamos (de manera improbable) el vaso medio lleno.
La dinámica que se generará, en la frontera norte de México, será también una oportunidad para que las autoridades mexicanas demuestren que son capaces, finalmente, de acoger y tratar con dignidad a la que será, no hay que tener ninguna duda, una comunidad numerosa con necesidades equivalentes.
En la larga lista de omisiones y atropellos del gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador, muy pocas cosas están a la ignominiosa altura del maltrato sistemático a los migrantes, sobre todo desde los acuerdos con el gobierno de Donald Trump, que obligó a decenas de miles de seres humanos a esperar (eufemismo de eufemismos) en México, sus procesos de asilo.
Las historias de horror que vivieron esos migrantes están ya grabadas en la trayectoria de estos años.