En realidad, las razones son muy sencillas. Por un lado, queda claro que el gobierno Biden Harris no tiene como fuerte el entendimiento de la realidad política. Ni en su propio país, como lo muestran sus graves errores de política interna; ni en materia de política exterior, como lo muestran Afganistán y México.
Y por el otro lado, es evidente que el gobierno estadounidense también ha violado de manera importante aspectos torales del TMEC con diferentes acciones. Las más visibles: su interpretación a modo de las reglas de origen automotriz, y su intento de subsidios a autos eléctricos de EUA.
Hace poco lo dijimos aquí. El actual gobierno estadounidense está cooptado como nunca antes por los sindicatos. Eso está definiendo muchas de sus decisiones. Y ha sido crucial en los casos malintencionados que han puesto contra México ante el TMEC.
En este contexto, si bien están conscientes de las graves violaciones del gobierno mexicano al TMEC, difícilmente tenían autoridad moral en EUA para señalarlas ante sus propias violaciones.
Sin embargo, es probable que lo que cambió la ecuación haya sido la solicitud formal por parte de México para establecer un panel sobre las reglas de origen automotriz, a la cual se unió Canadá. Es la primera vez en 20 años que se inicia un panel, y fue contra EUA.
Hasta antes de ese panel, parecía más fácil jugar a hacerse tontos de ambos de lados de la frontera, y no incomodarse uno al otro. Pero claramente México le tomó la medida a EUA, y lo evidenció. Ante esto, EUA no podía quedarse de brazos cruzados, aunque lo haya provocado.