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El inútil juego de las premoniciones

Muy pocos hablan sobre la posibilidad de que el Presidente esté, como acostumbra, jugando con la sucesión como una distracción. Distracción no solo de los problemas de su gobierno, sino de su sucesor.
lun 06 diciembre 2021 06:20 AM
candidatos Morena 2024
Los presidenciables enlistados por el presidente.

Desde hace al menos 18 años, las segundas mitades de sexenio han llegado de la mano del arranque de la carrera de la especulación por la sucesión presidencial. Una de las características que trajo la competencia electoral consigo.

Pasó hace seis años en 2015, cuando se empezó a especular entre Meade, Osorio y algunos más del PRI; en 2009 cuando Peña había iniciado abiertamente su aspiración; y por supuesto en 2003 entre el panismo para suceder a Fox.

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Las especulaciones solían darse sobre posibles contrincantes del mismo partido en el poder, aunque después se iban incluyendo aspirantes de los principales partidos de oposición. No faltaron las sorpresas, como en su momento Calderón; y las reconfirmaciones, como Peña.

Anteriormente, durante la llamada época hegemónica, la especulación comenzaba un poco más tarde, hacia los últimos dos años. Y solía enfocarse en actores de cargos muy específicos del gobierno federal. Ahora, la especulación es tan amplia como, en ocasiones, absurda.

Pero actualmente, ni siquiera llegamos a la mitad de sexenio cuando empezó la especulación. Y, a diferencia de antes que iniciaban los medios y opinólogos sin mucho que hacer, esta vez fue el propio Presidente quien dio banderazo al iniciar la especulación en una mañanera de junio pasado.

Desde entonces, todos se volcaron de lleno en el tema, especulando sobre todo quién será la o el privilegiado de la 4T que será ungido por su Líder, el Presidente, para sucederlo y “consolidar” este “histórico” proceso de “transformación”.

Como de costumbre, el Presidente marcó tanto la agenda mediática y pública, como el ritmo al que quiere que todos bailen. Y así ha sucedido en estos meses, cada vez más.

Todos hablan sobre los posibles 4Tistas que puedan realmente aspirar. En primerísimo lugar siempre la Jefa de Gobierno como gran favorita presidencial, seguida del secretario de Relaciones Exteriores; y no cercano pero como serio contrincante, el coordinador de los Senadores de Morena.

El presidente ha sabido jugar muy bien, posicionando en cuanto evento puede a Sheinbaum, incluso placeándola en distintos puntos del país. Eso ha abonado a confirmar la idea de que es su favorita, plantando la idea en muchos de que él ya se decidió y solo falta esperar a la elección.

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Muchos otros argumentan que Ebrard ha sido una suerte de super Canciller, involucrado en temas gubernamentales mucho más allá de su función, para tratar de posicionarlo como a quien más confianza le tiene el Presidente para arreglar todo tipo de problemáticas.

Pero muy pocos hablan sobre la posibilidad de que el Presidente esté, como acostumbra, jugando comunicacionalmente como distracción. Distracción no solo de los problemas de su gobierno, sino de quién realmente tendrá su aval para estar en la boleta para heredarle la 4T.

No se lee mucho sobre el hecho de que la sobre exposición tan prematura que le está dando a Sheinbaum pueda ser una táctica perversa para al final quemarla. Tenerla en el reflector de esta manera, como puede darle conocimiento también puede desgastarla demasiado.

Tampoco se lee que ese supuesto rol de supercanciller de Ebrard es más algo buscado por él que otorgado por el Presidente. Y que ponerse en el ojo del huracán como supuesta estrella del gabinete, puede ser contraproducente; más allá de que nunca ha gozado de la total confianza del Líder.

Y sobre todo, nada se habla de la posibilidad de cartas bien guardadas del Presidente, y de que estas cartas sean del ala radical de la 4T, lo que abriría un grandísimo riesgo para la estabilidad y viabilidad del país.

Por otro lado, los medios han entrado de lleno al juego con columnas, notas y hasta encuestas. Y ya comienzan también a hablar de posibles personajes de oposición. La más reciente es la de la semana pasada, que sorprendió a muchos por posicionar a Luis Donaldo Colosio Riojas en tercer lugar.

Lamentablemente, la encuesta es tan irresponsable como inverosímil. Y es un claro intento de “meter presión” por parte de un medio que se ha dedicado a confrontar al Presidente en cuanta ocasión ha podido, cayendo siempre en su juego.

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No es difícil ver los elementos principales por los que la encuesta resulta poco creible. En primer lugar, posiciona como actor nacional a quien apenas empezó su carrera política hace unos años como Diputado Local en Nuevo León, y recién inició su gestión como alcalde de Monterrey.

Ninguno de estos cargos le da visibilidad nacional. Podría argumentarse que su presencia mediática controversial, sobre todo en redes, previo a las elecciones le pudo dar cobertura. Pero estuvo muy focalizada en Nuevo León, sede del medio que publicó la encuesta, y algunos círculos nacionales en la Cdmx.

Claramente se aprovecha su apellido, como una de las marcas políticas de mayor reconocimiento en nuestra historia reciente. Marca que lo llevó a ganar Monterrey, pero que ya no resuena en las nuevas generaciones, que están muy alejadas de aquel fatídico magnicidio de 1994.

La marca Colosio ha sido muy usada, particularmente por el PRI, durante años; y también por algunos actores de otros partidos, incluido recientemente el Presidente. Pero fue tan abusada, que terminó por perder buena parte de su relevancia y convertirse en una mención obligada más.

Lamentable dada la importancia que sí tuvo Colosio Murrieta, y las aportaciones que hizo tanto a la modernización del PRI cuando fue su Presidente, como al discurso y el debate públicos poniendo sobre la mesa temas sociales de manera genuina y sincera, no como el actual Presidente.

Finalmente, algo que sí debemos ver con gran alarma y preocupación sobre el juego de las premoniciones, es que está evidenciando la falta absoluta de perfiles en la oposición.

Lo hemos dicho muchas veces en este espacio. Si el Presidente sigue avanzando sin preocupaciones, es porque lo hemos dejado completamente solo en el ring. Un juego demasiado peligroso para nuestro sistema democrático. En eso deberíamos enfocarnos, y no en las premoniciones inútiles.

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Nota del editor: Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

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