4. Clase media: en cualquier país decente y que se digne de permitir movilidad social y progreso, un factor claro de avance es el crecimiento de la clase media. Ese sector social es el que determina si un gobierno es exitoso o no. Es el termómetro natural de si se abate la pobreza, crece la riqueza, y se distribuye mejor. Pero no para el Presidente, para él la clase media debe ser desestimada, estigmatizada y tildada de aspiracionista. La prioridad es atacarlas para que se multipliquen los pobres, a quienes es más fácil manipular, y que son botines electorales.
5. Científicos: en uno de los actos más cobardes de este gobierno, se ha optado por desacreditar a quienes con apoyo en el estudio metodológico se atreven a ser disidentes. Su labor es la de estudiar, investigar y discrepar. Es el rigor de la ciencia lo que debe guiar su pensamiento y actuación. Pero, como son incómodos para el Presidente, no solamente los desacredita, sino que les lanza encima y provoca que en el caso de un grupo de 31 de ellos, el Fiscal General los acuse y los quiera meter a la cárcel en al menos ya tres ocasiones.
6. Contrincantes políticos: cuando no es posible discernir y discutir con razonamientos sólidos con quienes están en otros partidos o canchas políticas, entonces lo que se procura es simplemente ir sobre ellos para descalificarlos personalmente con vejaciones, inventos y ataques sin sustento legal. Ponerlos en la cárcel o amenazarlos de ello con el apoyo de la FGR y la UIF, parte de su plan de destrucción institucional y de someter a los que no piensen como él.
7. Catedráticos: aunque fue uno de los sectores que más visiblemente apoyaron y apostaron a la fórmula electoral que en 2018 encabezó el hoy Presidente, el desencanto con lo que ha pasado estos tres años ha sido tan profundo que no solamente la deferencia se ha perdido casi por completo, sino que ahora son objeto de grandes ataques y hasta destituciones por capricho. El rompimiento ha llegado a tal nivel, que incluso ahora se ha optado por retirarlos sin causa por simplemente no seguir los caprichos del titular del Ejecutivo. Se han cortado carreras de brillantes profesores e investigadores en instituciones emblemáticas como el CIDE sin ton ni son.