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#ZonaLibre | La consulta popular: un fiasco vergonzoso

A pesar de la escasa votación en la consulta popular, actualmente no existe en nuestro país un partido político que pueda movilizar a 6 millones de personas a salir a la calle como lo hizo Morena.
jue 05 agosto 2021 12:05 AM
Mesa receptoras de la Consulta Popular (consulta-popular).
En punto de las 18:00 hrs fueron cerradas las mesas receptoras de la consulta popular 2021.

El pasado domingo 1 de agosto, en México se realizó un ejercicio inédito que debía de animar a la ciudadanía por un nuevo camino de democracia participativa. Las casillas que se instalaron, estaban bien montadas, en lugares estratégicos, los funcionarios de casillas esperaban la respuesta de millones de mexicanos.

Todo ese “gran” evento debía ser una fiesta multitudinaria, finalmente se inauguraba una nueva forma de expresión social. Si embargo, todo se oscureció cuando por la tarde y antes del cierre de las recepción de votos, los centros de votación estaban completamente vacíos. Un fracaso colosal.

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Al final del conteo de todas las particiones, los números vergonzosos alcanzaban apenas el 7.11% del padrón oficial, cuando se necesitaba más del 40%.

Tan trágico fue el desdén de la ciudadanía, que en la casilla 2716 que se ubicaba en Orizaba, Veracruz, registró ¡cero votos! Tanto llamó la atención que nadie, ni siquiera los voluntarios, se tomó el tiempo de ejercer su voto, por lo que el ministerio público de aquella ciudad ordenó su resguardo sin alteración.

Las raquíticas votaciones en los estados dejaron ver que la apatía por la consulta tiene más peso entre unos y otros. Mientras que en Tlaxcala el 11.6% del padrón votó, en Chihuahua solo ejercieron su voto el 3.11% –número muy similar entre varias entidades norteñas.

A pesar de los pobres números, no todo fue una derrota para el presidente de la República y su partido Morena. Lograron movilizar a más de 6 millones de personas en el país, quienes se han mostrado como una especie de ejército de leales a la causa de la 4T. Mucho, pero mucho menos de los más de 20 millones de mexicanos que votaron por ese partido para diputaciones federales en junio pasado, sin embargo no existe en nuestro país un partido político que pueda movilizar millones de personas como lo hizo el partido que preside Mario Delgado.

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Para ellos el experimento reflejó que los poco más de 500 millones de pesos que derrochó el INE son muy pocos para poder lograr los números que necesitan para posicionar temas que emerjan de una consulta popular.

Por cierto, uno de los rostros que pierde en dicho fiasco, fue el presidente del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova, quien tras la consulta recibió un nuevo embate del presidente en las mañaneras: el ejecutivo aseguró que Córdova y el INE habían boicoteado la consulta y de hecho no habían podido votar tanto él, como su esposa en alguna casilla especial, mientras se encontraban de gira por el Estado de Nayarit.

La alianza vencida

La desgastada relación, ahora, tiene matices de amenazas e incluso ofensas. El presidente ya mueve sus piezas para enjuiciar políticamente a Córdova, mientras que el presidente del INE ha llamado, palabras más, palabras menos “mentiroso” al presidente López Obrador: “Honremos la democracia, seamos leales con la ciudadanía. Quien miente tiene poco compromiso democrático, mentiras a otro lado”. Como dijera el tabasqueño “eso sí calienta”.

Finalmente, es triste que un modelo progresista como el de una consulta popular haya sido tan desastroso. Porque este tipo de ejercicios elevan el espíritu democrático de los países, pero en esta ocasión todo estuvo mal desde que se planteó una pregunta que no tenía ningún tipo de lógica. ¿Enjuiciar a los políticos que cometieron presuntamente actos de corrupción? Hasta la respuesta ofende, ¡claro que sí! Pero eso no lo deben decidir 40 u 80 millones de mexicanos, sino las cortes de este país.

Desde que se conoció que existiría este procedimiento, estuvo cargado de venganza, de politiquería y cargado hacia un solo partido político que resultaría ganador si el mecanismo hubiese funcionado. Eso nada tiene que ver con la democracia.

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Ahora las miradas están puestas en marzo del 2022, cuando en México se vote la revocación de mandato del presidente en turno, sin duda será un día histórico, más allá del resultado. Pero dicha votación deberá de tener la participación real de todos los bandos políticos, pues no es una cuestión menor y tampoco puede ser pervertida como visiblemente hicieron con este primer ejercicio de la consulta popular. AMLO quiere saber con cuanta pólvora cuenta en este momento y esos son sus más de 6 millones de participantes en la encuesta.

El fiasco más grande que vivió el país el pasado domingo es haber tenido en sus manos la oportunidad de reivindicar esa peste recurrente del abstencionismo, con un modelo novedoso de sondeos ciudadanos. Pero fue tan mal organizado y con tanto revanchismo que en lugar de darle una nueva herramienta al país, lo involucró en un teatro mal montado y que además de molestar al electorado, se demuestra que el mexicano sigue sintiéndose utilizado, pervertido y manoseado por sus políticos. Todo esto genera que la decepción siga creciendo.

Qué lástima, porque perdimos todos.

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Nota del editor: Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

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