El papel de la Corte en juego
Por una parte, el presidente tiene de su lado al presidente de la Corte, mientras que del otro ataca a los jueces que no le son afines. Al respecto, Martín Reyes sostiene que estamos viendo “como nunca un intento por presionar y atacar al poder Judicial desde el púlpito presidencial” y en ese sentido expresa que la estrategia que ha seguido Zaldívar es de tratar de mostrar colaboración.
“Es inédito que una reforma judicial se haya trabajado entre el poder Judicial y el Poder Ejecutivo, el que el presidente haya ido a la mañanera y que el presidente le firme una iniciativa que ellos mismo hicieron”, señala.
La advertencia del presidente de reformar al poder Judicial, condujo a la Corte a no resolver los litigios que se han presentado de los cambios de esta administración para evitar el costo político ante la posibilidad de una reforma que le quite la última palabra, lo que se hizo más complicado con los resultados electorales del 6 de junio, donde Morena y sus aliados perdieron la mayoría necesaria para modificar la Constitución.
“La Corte lo que haya hecho es guardar y no resolver, evitar el costo político de resolver en un sentido u otro, creo que el hecho que la fragmentación política sea más grande abre un poco la puerta para que la Corte esté un poco menos temerosa de que se haga una reforma constitucional”, comenta el politólogo.
En ese sentido, el poder Judicial retomará un papel importante en la segunda mitad del gobierno de López Obrador, en la que busca consolidar su “cuarta transformación”. A lo que Javier Martín Reyes plantea que se verá si la Corte es realmente independiente aunque en el pleno tres de los ministros se nombraron en esta administración y uno más se designará en diciembre, y ya se vio un momento de “claudicación” con la consulta popular para enjuiciar a expresidentes.
“La consulta popular es una de las grandes claudicaciones de la Suprema Corte, no supo ponerle límite al presidente y tan es así que en agosto vamos a ir a votar una consulta popular que nadie sabe para qué es (…) ahí claramente la Corte falló, claudicó, no se tomó en serio su papel, esperaría que veamos menos de eso de la Corte en esta segunda mitad y que por más que el presidente haya nombrado a tres y otro en diciembre, esperaría que en temas importantes, la Corte tenga un mayor margen”, afirma.