Y así se podrían mencionar otros temas como: Los contratos de Pemex con Vitol, el Culiacanazo, Lozoya, Bartlett, la familia Ackerman Sandoval; sin dejar de mencionar las adjudicaciones directas, el método favorito del Presidente, y lo más actual como los datos de muertes en el país a causa de la pandemia del Covid-19.
Y sin olvidar los contratos sobre las vacunas para combatir el Covid-19, y los
acuerdos firmados entre el gobierno de México y AstraZeneca-Oxford, Pfizer-BioNTech, y CanSino, toda esta información está clasificada como confidencial, así como las negociaciones o convenios realizados.
Tanta ocultación, opacidad y restricción, crean la duda sobre por qué este gobierno no quiere que nos enteremos sobre los acuerdos que se hacen, se supone que, para el bien del país y los mexicanos, ¿qué esconde la 4T y su “líder moral”, es que acaso se han cometido o solapado actos criminales?
Por eso la insistencia de desaparecer entes como el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), cuando es conocimiento de todos, que tenemos el derecho de preguntar y conocer cómo están gobernando, en qué y cómo se gastan el dinero de todos los mexicanos.
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Nota del editor:
El autor es senador de la República por el Partido Acción Nacional.
Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.