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Corregir la sobrerrepresentación

Curioso que Morena haya sido quien más criticó la sobrerrepresentación de 2015, pero se quedaron callados cuando ellos fueron los beneficiados.
lun 07 diciembre 2020 09:57 AM
#3de3 Federal, la importancia de la Integridad y la Congruencia
El INE analiza la fórmula de representación de diputados.

En días recientes, se ha hecho público que el Instituto Nacional Electoral trabaja en el establecimiento de reglas claras para asegurar que ya no se rebasen los límites constitucionales de representación de los partidos políticos y sus coaliciones en la Cámara de Diputados.

El tema es de la mayor relevancia para el sistema democrático del país, al estar íntimamente ligado con la correcta conformación de uno de los tres Poderes de la Unión que, por naturaleza, debe ser contrapeso institucional del Poder Ejecutivo.

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El contexto para estas reglas se da ante la regla constitucional de que el número de Diputados Federales que tengan los partidos políticos no podrá rebasar en más de 8% su porcentaje de votación.

Recordemos que hay dos maneras de llegar a una Diputación Federal: por mayoría relativa, que son los que hacen campaña; y por Representación Proporcional, que entran por estar incluidos en las listas que cada partido hace para cada una de las cinco circunscripciones en que se divide al país.

La Cámara de Diputados tiene 500 escaños, de los que 300 son ocupados por mayoría relativa, y los 200 restantes por representación proporcional, o plurinominales, asignados por una compleja fórmula que asegura una asignación equitativa conforme a la votación de cada partido.

Si un partido logra 30% de la votación, es decir, por mayoría relativa; no podrá tener más del 38% de representación en la Cámara una vez sumados los asientos plurinominales. Esto para asegurar que se su presencia sea proporcional a su porcentaje de votos.

No olvidemos que la figura de Representación Proporcional nace con la gran reforma electoral de 1977, con el objetivo de asegurarle espacios a los partidos minoritarios que no alcanzaban suficiente votación.

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Esta reforma en buena medida se hizo para darle entrada al Congreso a los partidos que en aquel momento representaban a la izquierda mexicana, derivados en buena medida de las problemáticas sociales del famoso 68, y subsecuentes movimientos en los años 70.

En 1986 se estableció el famoso adefesio llamado “cláusula de gobernabilidad”, que contra el espíritu de la reforma de 1977 aseguraba la mayoría absoluta de la Cámara al partido con más votos. Afortunadamente, fue eliminada en 1993.

Y con la reforma electoral de 1996 se profundiza una repartición más equitativa al establecer el límite de 8% de sobrerrepresentación. Sin olvidar la regla de que ningún partido podrá tener más de 300 escaños, precisamente para asegurar la gobernabilidad de la Cámara.

Con el crecimiento en la competencia electoral, la creación de varios partidos políticos chicos, y la incursión de las coaliciones electorales, el mercado de votos se fue corrompiendo, llevando a reformas que supuestamente buscaban dar orden, pero terminaron desordenando más.

Originalmente, las coaliciones tenían que presentarse con los logos de los partidos coaligados juntos en la boleta. La reforma de 2008 permitió que cada partido coaligado tuviera su propio lugar en la boleta.

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Esto generó un mercado negro en el que partidos grandes acaparaban candidaturas de partidos más chicos con los que se aliaban, mientras estos partidos llevaban muchos beneficios, entre ellos la posibilidad de mantener su registro.

Así, desde 2012 se empezó a dar una sobrerrepresentación de ciertas coaliciones en el Congreso, que creció en 2015 y llegó a su máximo histórico en 2018 con la coalición de Morena, PT y PES.

Curioso que Morena haya sido quien más criticó la sobrerrepresentación de 2015, pero se quedaron callados cuando ellos fueron los beneficiados.

Esto ha distorsionado de manera importante la composición de la Cámara de Diputados, dando una falsa mayoría calificada a Morena y sus aliados, que no refleja su nivel real de votación. Y ha sido posible gracias a que el Congreso nunca reguló la implementación de la reforma legal.

Ante esta realidad, y buscando dar certidumbre al sistema democrático y de partidos, es que ahora el INE está haciendo un gran esfuerzo por emitir reglas claras para los comicios de 2021.

El corazón del problema es sencillo. Se ha ejercido de manera estricta la no sobrerrepresentación de más de 8% al momento de calcular los Diputados para cada partido. Sin embargo, no se ha aplicado el principio al total de representación de las coaliciones.

De lograr los acuerdos internos, las reglas del INE asegurarían que la coalición en su conjunto no rebase ese límite del 8% de la votación recibida por los partidos coaligados. De darse, se irían reduciendo plurinominales al partido con mayor sobre representación y así sucesivamente.

Dada la perversión que se ha dado entre los partidos políticos los últimos 25 años, y los claros excesos “democráticos” de la fuerza política que hoy gobierna, es fundamental que se logren estas reglas para dar certidumbre y normalidad democrática a los resultados electorales de 2021.

Esperemos que la 4T sea respetuosa de estas reglas, y deje ya de emular aquel sistema hegemónico contra el que tanto se luchó. Ojalá que no olviden que, si hoy están en el poder, es gracias a todas esas reformas que le dieron espacios a la izquierda, y que hoy parecen estorbarle a la 4T.

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Nota del editor: Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

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