Y es que parece competencia para ver quién actúa más indiferente e irresponsable. Si pensábamos que la frase de Barbosa de “el COVID solo les da a los ricos” era lamentable, pues el gobernador de Veracruz definitivamente se lleva todas las palmas con su respuesta ante el asesinato de la alcaldesa de Jamapa, Florisel Ríos Delfín.
Sin el menor reparo, el gobernador Cuitláhuac García señaló que la “alcaldesa asesinada no puso orden y que la policía de Jamapa estaba involucrada con su crimen”. Vaya forma de entender el estado de derecho y la justicia en un estado cada vez más hundido en la violencia y la corrupción, sí la corrupción.
Y es que el nepotismo, hasta donde sabemos, también es corrupción. Cómo pasar por alto que el gobernador Cuitláhuac ha sido acusado de tener familiares en el Ayuntamiento de Xalapa y dentro del gobierno estatal. Y es que más de uno levantó la ceja cuando vio la inclusión de su hermano Canek García y su prima Sulekey Hernández en la nómina del gobierno municipal de Xalapa, que encabeza Hipólito Rodríguez, abierto simpatizante de Morena.
“No me importa si son hermanos o sobrinos del diablo, a mí lo que me interesa es que sean gente preparada y si ustedes examinan el currículum de las personas que he incorporado a mi equipo de trabajo, son gentes con trayectorias profesionales”. ¡Qué bonita familia!
Y esto no para aquí, también se le cuestionó al gobernador sobre Eleazar Guerrero Pérez, a quien se señala como primo y quien desde el inicio de la administración ocupa la subsecretaría de Finanzas estatal. Sin un ápice de vergüenza y con su usual cantinfleo, el gobernador al ser cuestionado por este familiar salió a echarle la culpa a su abuelaaa, ¡si, leyó bien! A su abuela, al asegurar que “tendría que preguntarle a su abuela y no se va a meter en su vida privada porque ya descansa en paz”.