Ahora, en la vida real, derivado la fallida orden de aprehensión que la Fiscalía General de la Republica solicitó contra el exsecretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso, y que después retiró de un juzgado federal para afinarla, se desprende que para la Fiscalía el expresidente Enrique Peña Nieto fue “el Don” (la mente maestra) detrás del caso Odebrecht y de La Estafa Maestra, haciendo valer la teoría del aparato organizado del poder y en consecuencia, anunció que ahora el exmandatario es investigado por los delitos de cohecho, traición a la patria y delito electoral.
Sin duda esta teoría es útil para lograr vincular la responsabilidad penal al hombre detrás del hecho: a los Don Vitos Corleones, quienes comenten los delitos a través de algún ejecutor perteneciente a la organización que dirigen. Sin embargo, queda la pregunta: ¿Realmente la Fiscalía está buscando responsabilizar a Peña Nieto? Esta teoría del caso implica que Peña Nieto, valiéndose de su puesto como ejecutivo del gobierno federal, se convirtió en quien movía los hilos y quien, a través del poder del propio aparato de gobierno, dominó la voluntad de ciertos sujetos para que, por ejemplo, Emilio Lozoya aceptara los sobornos en el caso Odebrecht o para que Rosario Robles desviara recursos de la Sedesol.
Esta teoría no es nueva, recordemos que la defensa de Emilio Lozoya previamente ya ha pretendido minimizar la intervención de Lozoya a un simple instrumento en la comisión de los delitos que se le imputan e incluso tanto Lozoya como Robles han solicitado a la Fiscalía General que se le aplique un criterio de oportunidad; es decir, que a cambio de que los exoneren de los cargos, testificarán “toda” la información con la que cuenta para incriminar, según su relato, a muchos políticos incluso al expresidente Peña Nieto.”
Lo preocupante de esta teoría sostenida por la Fiscalía recae en que, aún y cuando en la inverosímil posibilidad de que el caso Odebrecht o La Estafa Maestra haya sido planeados y ordenados exclusivamente desde la entonces silla presidencial, la Fiscalía "olvida" que los individuos que al parecer ejecutan los delitos, también recibieron los beneficios de ese actuar, lo que en realidad presupone que tanto Lozoya como Robles, actuaron como coautores del delito y no como simples instrumentos.