Ayer marcó el primer año del actual gobierno. Un gobierno altamente polémico en muchos sentidos, que ha tenido ciertos aciertos discursivos y pocos resultados de gestión. Un año en el que, además, en el país poco parecemos entender de por qué y cómo llegamos a la situación actual.
Este primer año debería marcar ya las bases de la tan mencionada Cuarta Transformación. Las bases de lo que en teoría iba a ser un cambio radical en la forma de gobernar, y que prometía el Presidente que traería soluciones a nuestros problemas y beneficios para todos.
La conmemoración estuvo marcada por dos concentraciones. Una convocada por el propio presidente a manera de mitin de campaña. Y otra, convocada por agrupaciones disímbolas unidas por el único hecho de estar en contra del presidente.