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La pandemia no impide aprender a adolescentes en situación de riesgo

En Casa de María, un centro para menores de edad que han consumido drogas, la tecnología ha sido clave para aprender en medio de la pandemia de coronavirus.
lun 04 mayo 2020 02:51 PM
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Casa María, contra el consumo de drogas y el COVID-19.

El aislamiento y la falta de recursos no fue un impedimento para que los adolescentes del Centro de Formación y Restauración Casa de María, una asociación civil que trabaja en la rehabilitación de niños y adolescentes que abusan o dependen de sustancias psicoactivas, pudieran continuar con su aprendizaje durante la epidemia de COVID-19.

Con el asesoramiento de la consultora 3C Innovation for Human Development, Casa María aprovecha las tecnologías y las herramientas con las que cuentan para educar a los inquilinos que van de los 13 a 18 años y que han enfrentado diversas situaciones de riesgo.

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En el regreso a clases (virtual), el pasado 20 de abril, los estudiantes del centro ubicado en la colonia Moctezuma, alcaldía Venustiano Carranza, pusieron a prueba los conocimientos que adquirieron durante la contingencia y presentaron una obra de teatro sobre la civilización Romana.

Antonieta Márquez, fundadora de Casa de María, detalló que se hicieron grupos de acuerdo con su nivel académico y sus habilidades. Entonces, con base en el tema que se seleccionó, se asignaron actividades para cada uno, y cada equipo usó las herramientas que tenían para hacer sus investigaciones, desde cómo hacer el guión, el escenario, entre otros. Todo con el apoyo de la consultora.

Cristina Cárdenas, fundadora de 3C Innovation for Human Develpment, explicó que su asesoramiento consiste en cómo introducir la tecnología para mejorar la calidad educativa y en cómo utilizar las herramientas que tienen para optimizar mejor su uso.

“Se enfoca en dar asesoramiento y buscar cuál es la mejor herramienta con la que se pueda trabajar. Buscamos que la tecnología no los limite, pero lo poco que les llegue, los habilite”, comentó en entrevista.

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En el caso de Casa de María, detalló, donde los niños y jóvenes dejaron de tener estudios, desde incluso antes de la pandemia por los recortes presupuestales, consiguieron 18 computadoras, aumentaron el internet, y cada mañana durante dos horas una profesora les da clase.

Todo está basado en proyectos, porque al ser un centro multigrado; es decir, de diferentes edades y con distintos niveles educativos, no se tienen los recursos para tener docente por grupo de edad y para brindar educación personalizada.

Para la obra de teatro, durante toda la semana se estuvieron viendo temas relacionados, como números romanos, geografía para ver dónde estaba el imperio Romano, fábulas para los más pequeños, por ejemplo.

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Después de que se les asignaron tareas, los equipos fueron usando las computadoras que les donaron para hacer sus investigaciones a través de buscadores y redes sociales, y ver qué les tocaba a cada uno. Después fueron los ensayos e ingeniárselas para crear el escenario y el vestuario para que fueran de bajo costo. El producto final fue la representación de la obra “El Rapto de Core”.

“Esta obra es de la antigua Roma y la elegimos porque tiene como romance y nosotros pues la editamos y le pusimos un poco de comedia”, dice Brisa, la pequeña narradora antes de la presentación de su proyecto final.

Cristina Cárdenas comentó que generalmente los egresados de Casa de María terminan trabajando lavando platos y cargando costales de verdura en mercados, lo cual no es algo malo por sí, pero sostuvo que pueden ofrecerles algo más y hacerles ver que tienen otras habilidades para enfrentarse al mundo.

Casa de María trabaja desde 2014 en la rehabilitación de niños y adolescentes que abusan o dependen de sustancias psicoactivas, mediante un sistema basado en valores y principios de restauración. Esto en colaboración con la sociedad y organismos gubernamentales, tanto en la prevención como en el tratamiento y la reinserción social, para prevenir y reducir el consumo de sustancias psicoactivas en México.

Para ingresar, se hace un tamizaje a cada usuario para conocer el tipo de sustancias que consume, la cantidad y frecuencia de consumo, y se hace una valoración sobre los daños ocasionados, para definir si es un candidato para recibir tratamiento.

Si el nivel es de experimentación o de uso moderado, los usuarios son referidos al Centro de Atención Primaria en Adicciones (CAPA) donde reciben un tratamiento de estilo ambulatorio, pero si su consumo es abuso o dependencia, son candidatos a un tratamiento de tipo residencial que ofrece Casa de María.

De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (ENCODAT 2016-2017), el 6.2% de adolescentes entre 12 y 17 años ha consumido drogas ilegales alguna vez, (6.6% hombres y 5.8% mujeres) 5.3% mariguana, 1.1% cocaína y 1.3% inhalables alguna vez en el último año.

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