La Prueba PISA es la evaluación que se hace en varios países de la OCDE sobre las capacidades de los estudiantes. Los resultados se presentan en una escala de 200 a 800 puntos, donde la cifra más alta significa mejor desempeño y más cosas que pueden hacer los jóvenes de 15 años de acuerdo con un marco internacional.
Sánchez Moguel dijo que la prueba es un diagnóstico que permite conocer qué es lo que lo menores saben hacer.
“La información que nos va servir para mejorar, no está en llegar hasta el punto máximo, que eso no sucede, sino en identificar qué cosas pueden y qué cosas no pueden hacer determinados grupos en nuestro país”, afirmó.
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Por ello, el funcionario enfatizó que esa es la información que se necesita para mejorar, más allá de obtener un puntaje alto.
“El porcentaje de alumnos que pueden hacer ciertas cosas y el porcentaje de alumnos que pueden hacer otras cosas, esa es la información que nos puede servir para la mejora”, señaló.
Agregó que con esa información se puede identificar a la personas que no lograron el desempeño y a partir de ahí trabajar con ellos, no “desde cero sino de lo que sí saben”.
La prueba PISA se realiza cada tres años. En 2018, cuyos resultados serán los que se informen la próxima pasada, tuvo énfasis en el ámbito de Lectura, mientras que en 2015 se enfocó más en Ciencias. De acuerdo con la OCDE, en la evaluación pasada, poco más del 20% de los estudiantes no alcanzaron el mínimo de competencia en ciencias. En lectura, 42% de los estudiantes se encontraba por debajo del nivel dos, es decir el mínimo para que un estudiante se desempeñe adecuadamente en la sociedad y pueda aspirar a hacer estudios superiores, y en matemáticas el porcentaje fue de 57.
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