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El coronavirus reta a las escuelas y la educación a distancia para los niños

Millones de estudiantes en todo el país iniciaron este lunes su receso escolar por la pandemia de COVID-19 en medio de dudas de cómo van a continuar con su aprendizaje.
mar 24 marzo 2020 05:27 AM

El pasado 14 de marzo el secretario de Educación, Esteban Moctezuma, anunció que se adelantaría el receso escolar de Semana Santa y que este lunes empezaría la Jornada Nacional de Sana Distancia para tratar de contener los contagios de COVID-19.

Ese día, el funcionario aseguró que no se trataban de que los alumnos extendieran las “vacaciones” de Semana Santa, aunque no detalló cómo sería que los niños, niñas y jóvenes tomarían o recuperarían sus clases.

Para especialistas en educación, en México hay falta de preparación ante este tipo de eventualidades, ya que tal como sucedió en 2009 con la epidemia de la influenza AH1N1, se suspenden clases sin ninguna estrategia definida.

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El académico de La Salle Alejandro Enríquez Torres señala que aunque el gobierno actual ha planteado un nuevo modelo educativo y la enseñanza de la educación emocional, entre otras cosas, al principio de la administración estuvo más preocupado por modificar el artículo 3 de la Constitución y desaparecer las evaluaciones para los maestros, que en pensar en previsiones para una situación de este tipo.

Reconoce que aunque fue algo inesperado, el gobierno federal se enfocó más en cuestiones políticas que en los procesos de enseñanza-aprendizaje, por eso ahora la “contingencia nos sorprende”, nuevamente como hace 11 años, cuando se dio cuenta que en cualquier momento puede suceder una epidemia como la que se vive ahora.

“Fue una lección no aprendida (la del 2009), no se han tomado las previsiones adecuadas para lo que pueda pasar en una contingencia como ésta, vuelve a pasar por lo político, hay mayor preocupación por estar cambiando las reformas educativas que cuidando este tipo de cosas”, dice.

Es un plan contingente y emergencia mundial, aun con todo, el sistema educativo no está preparado para contingencias de este tipo ni de ningún tipo, las escuelas en su mayoría no cuentan con infraestructura para solventar este tipo de decisiones ni con los profesores capacitados.
Alejandro Enríquez, académico de La Salle

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Los retos de la educación a distancia

Entre las primeras medidas que se anunciaron fue que los niños asistieran a las escuelas todavía cuatro días más luego del anuncio , y que los profesores diseñarán estrategias para recuperar los programas mientras los estudiantes estaban fuera de las aulas. No obstante, la afluencia bajó en los planteles e incluso en algunos estados y universidades se suspendieron las clases desde antes , lo que no permitió siquiera que se llevaran sus libros a casa.

Una de las principales opciones es la de la enseñanza a distancia, utilizando herramientas tecnológicas, a las que no todos los menores tienen acceso. Apenas el viernes pasado se anunció que se darían clases por televisión a los estudiantes.

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Para el director de Mexicanos Primero, David Calderón, usar la programación abierta para difundir materiales no está mal, pero es una solución incompleta, ya que el aprendizaje a distancia es el que se prepara especialmente para un grupo, aunado a que si se está pensando también en que sean materiales en línea, muchas familias mexicanas no tienen acceso real de conectividad.

La inequidad que ya tenías mejores, ahora se acelera porque los que van a tener mejores oportunidades de seguir aprendiendo van a ser los que están en las zonas y estados con más recursos con más proporción de escuelas urbanas.
David Calderón, director de Mexicanos Primero.

“Las recomendaciones de sitios en donde hay materiales, son buenas recomendaciones, pero lo van a poder hacer las familias de clase media urbana, el resto no va a poder. Lo que está recomendado en esos casos es usar tarjetas o fotocopias, incluso llevarse parte de libros de la escuela a casa y distribuir libros de lectura que no son de texto (…) pero no hay ninguna medida de este tipo para aprendizaje a distancia”, señala.

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Los padres no son maestros

A la falta de materiales o acceso a ellos, los especialistas coinciden que se suma que para la enseñanza se necesita una instrucción pedagógica que no tienen los padres.

“Esa falta de instrucción pedagógica para continuar el aprendizaje esa falta de capacidad para distribuir materiales de aprendizaje y juego, hace que la respuesta sea muy incompleta y muy ineficiente”, dice Calderón.

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Por su parte, Enríquez expresa que también se necesita que los profesores tengan habilidades para poder manejar las tecnologías y que los niños y estudiantes lo sepan hacer.

“Es complicado porque poder atender una contingencia como está implica articular, por lo menos, estos tres elementos: la tecnología, la capacidad del profesor para utilizarla y la capacidad del estudiante”, advierte.

Otro elemento a considerar, es la falta de coordinación entre las instituciones, asociaciones y el sector empresarial, plantea el director de Mexicanos Primero. Pues si la idea es que no se vayan de vacaciones, los madres y padres que trabajan también necesitan una licencia temporal para estar con ellos, sino habrá riesgos en los hogares.

“Debería haber licencias de los empleadores, y entonces necesitas una coordinación, porque si le pidas a las empresas que ellos subsidien los sueldos y que no haya incentivos fiscales ni apoyos del gobierno, no va a funcionar. Deberías tener trabajando a toda velocidad a la secretaría del Trabajo en contacto con la Secretaría de Educación Pública y la de Salud con Economía y con las cúpulas empresariales para que den las licencias a padres y madres que se van a quedar con los niños”, comenta.

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Pone el ejemplo de que muchos papás como no tienen esta oportunidad, dejan a los niños con sus abuelos, lo que se considera un riesgo dado que estas personas pertenecen a uno de los grupos más vulnerables ante el COVID-19 .

Así es como los cerca de 37 millones de estudiantes en México, comienzan un periodo de receso escolar para enfrentar la epidemia, el cual se extenderá, hasta ahora, al 20 de abril, es decir dos semanas adicionales a las previstas originalmente, y esto si no se alarga la situación. En 2009, las clases se suspendieron dos semanas, del 23 de abril al 11 de mayo, lo que tampoco implicó mayores conflictos, porque fue un periodo corto, en esta ocasión, nada está dicho.

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