AMLO a cuatro meses del ocaso presidencial: ¿Cómo coexistirá con Sheinbaum?
En la etapa de transición politólogos consideran que será complicado que el presidente ceda espacios y poder, sin embargo, tendrá que hacerlo paulatinamente porque está de por medio su legado.
Envuelto en una atmósfera de continuidad, México entra a partir de este lunes en un proceso de transición de gobierno, en que tradicionalmente comienza el ocaso del presidente saliente y el empoderamiento del entrante.
Acostumbrado a los reflectores y a ser quien impone la agenda, el presidente Andrés Manuel López Obrador durante estos tres meses deberá ceder espacio para que Claudia Sheinbaum, la ganadora de la elección y virtual primera Presidenta de México, crezca y tome fuerza para conducir a un país de casi 130 millones de habitantes durante los próximos seis años y porque tiene un legado que cuidar, lo que solamente se logrará si mantiene una buena relación, distancia y respeta el poder y rol de quien lo sucederá a partir del 1 de octubre.
¿Podrá coexistir López Obrador con Sheinbaum? Politólogos consideran que es difícil que López Obrador ceda por completo los reflectores y en decisiones: es un 'animal político', un hombre con más de 40 años en la vida política y pública y quien desde el año 2000 ha estado en la opinión pública primero como opositor y luego como presidente.
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“No va a a dejar la política, es un animal político, natural, no lo veo alejado de la política. Sabe que al final del camino su legado dependerá, no de este sexenio, sino dependerá de lo que deja pendiente y que Claudia tendrá que proseguir”, explica Salvador Mora, catedrático de la UNAM.
Hace seis años, cuando López Obrador ganó la Presidencia de la República, el proceso de transición con el priista Enrique Peña Nieto, arrancó al siguiente día con una visita del político originario de Tabasco a Palacio Nacional, y desde ahí prácticamente tomó el control de la agenda nacional.
A partir de esa reunión, cada conferencia, anuncio, plan o nombramiento realizado por López Obrador atrajo la atención de los mexicanos y acaparó espacios en los medios de comunicación. Sin embargo, la transición con Sheinbaum será diferente.
El tono de la transición se ha dejado ver en los primeros días de coexistencia entre el presidente y la virtual sucesora. El tema de la posible Reforma Judicial y las otras enmiendas constitucionales incluidas en el "Plan C" del presidente, ha mostrado mensaje contradictorios entre ambos.
Mientras Claudia Sheinbaum ha tratado de ser más moderada, ante el nerviosismo de los mercados —por la concentración de poder que los resultados electorales dieron a Morena y sus aliados para llevar a cabo reformas constitucionales— el presidente López Obrador se ha mostrado desafiante con el tema y ha dejado ver que sí empujará a que se apruebe en septiembre, antes de que deje el poder y ha subrayado que la Reforma Judicial les preocupa a los "traficantes de influencias".
En su conferencia del viernes, se le preguntó que si esta reforma se sacaría "a cualquier costo" aunque se mantuviera el nerviosismo en los mercados y se generaran un impactos negativos: "La justicia está por encima de los mercados", respondió, y éstos no tardaron en reaccionar negativamente. El peso frente al dólar cayó nuevamente.
“La justicia está por encima de los mercados. O sea, es como cuando se tiene que optar entre derecho o justicia, o cuando tienes que optar entre progreso o esclavitud. O sea, son cosas de definición. Además, la gente quiere eso".
Andrés Manuel López Obrador, presidente de México.
Días antes, Claudia Sheinbaum había intentado calmar el nerviosismo de los mercados ante la posible aprobación de las reformas constitucionales, con el anuncio de que la permanencia en su gobierno del secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O , con una reuniones con actores económicos de alto nivel y proponiendo diálogo y un parlamento abierto para discutir las iniciativas presidenciales.
"Tiene que explicarse bien la propuesta, que la conozca el pueblo de México y que pueda abrirse, como normalmente lo hace el parlamento a través de un parlamento abierto”, dijo la noche del jueves.
“Todavía no está definido. Mi posición es que tiene que abrirse un diálogo, que tiene evaluarse la propuesta y en su momento ya aprobarse".
Claudia Sheinbaum, virtual ganadora de las elecciones presidenciales.
Para los analistas, este comportamiento del presidente se deberá ir acotando para ceder espacio a Sheinbaum con quien deberá imponer una "sana distancia".
“El presidente cederá, poco, pero cederá espacios. No significa ni ruptura, ni que la va a dejar a su sucesora suelta. No, es difícil dado el estilo personal del presidente. El presidente tiende a concentrar poder”, explica Emilio Vizarretea Rosales, politólogo y profesor-investigador de la UNAM.
Para Javier Rosiles, profesor-investigador de la Universidad de la Ciénega del Estado de Michoacán, el presidente también sabe que su legado está de por medio, por lo que debe mantener una buena relación con la próxima presidenta.
“Veo en López Obrador una idea genuina de retirarse, no tanto porque sea buena persona, sino porque él sabe que tiene un legado que tiene que cuidar y para que ese legado cierre de buena manera, él entiende que tiene que cerrar entregándole la banda presidencial a Claudia y no volver a aparecer más en actos públicos”, sostiene.
El presidente López Obrador ya ha dado señales de la relación que quiere mantener con Sheinbaum. En su momento anunció una “gira del adiós”, pero días después la canceló. Cuando se conocieron los resultados de la elección del domingo, el presidente manifestó su respeto a quien le entregará la banda presidencial.
“Yo tengo que respetar a mi presidenta electa y luego a mi presidenta constitucional, siempre la voy a respetar”.
Andrés Manuel López Obrador, presidente de México.
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El rol de Sheinbaum
Claudia Sheinbaum también ha tenido y tendrá más gestos con López Obrador. Si bien goza de la legitimidad y respaldo de los mexicanos al obtener casi 36 millones de votos en la jornada electoral, el presidente saliente fue clave en su carrera politica, por lo que ha asegurado que cuidará su legado , ha ofrecido continuidad y ha incorporado a algunos perfiles del gobierno actual a su proyecto de gobierno.
“Hay perfiles que podríamos decir que son de los dos bandos, tanto de Andrés Manuel como de Claudia. Entonces se van a llevar bien, como es el caso del exembajador Juan Ramón de la Fuente, o sea, hay esa duplicidad, reciprocidad y cercanía tanto del presidente que sale como de la que entra. Y eso creo que es sano para el país. Lo necesitamos”, comenta Emilio Vizarretea.
Les confieso que cuando el presidente @lopezobrador_ me envió este mensaje el miércoles por la noche, se me llenaron los ojos de lágrimas por la emoción de recibir el reconocimiento por parte de un hombre al que siempre he admirado como un gran dirigente y como gran presidente.… pic.twitter.com/dftccOjB3z
— Dra. Claudia Sheinbaum (@Claudiashein) June 7, 2024
A pesar del “cariño y respeto” que Claudia Sheinbaum ha manifestado a López Obrador, los expertos sostienen que ella pondrá límites y hará valer el respaldo que le han entregado los mexicanos en los más de 35 millones de votos que recibió.
“Claudia con todo el afecto y el respeto que le debe tener al presidente, la lealtad y obviamente el agradecimiento, va a tener que ir poniendo sus propios términos en los asuntos que le conciernan. O sea, no es tan sencillo se va a dejar ‘mangonear’ . Paulatinamente va a ir ganando espacios y tarde que temprano, no es que se dé la ruptura, pero sí una sana distancia”, agrega Emilio Vizarretea.
Para Rosiles Sheinbaum ha comenzado a tomar decisiones y señales que son buenas rumbo a la transición.
"Claudia está obligada a dar algunas señales, como las que ya está dando. No las ha dado en la parte política, pero ya las ha dado en la parte económica. Me parece una buena señal, lo de Ramírez de O, también que Juan Ramón de la Fuente sea quien va a coordinar los trabajos de la transición. Tendrá que tranquilizar un poco a ciertos sectores que no están muy de acuerdo, ese es el reto.Todos están a la expectativa de qué va a hacer con todo ese poder que le dio la ciudadanía", agrega el politólogo Rosiles.
La sana distancia
La transición, periodo en el que la administración saliente sostiene encuentros y comparte información de la administración pública con integrantes designados por el ganador de la elección, será sui generis.
Por primera vez durará tres y no de cuatro meses, ello debido a que la toma de protesta de Claudia Sheinbaum será en octubre y no en diciembre y a que las elecciones fueron en junio y no en julio. A ello se sumará que Claudia Sheinbaum es la presidenta más votada de la historia, lo que la dota de respaldo y legitimidad suficientes para tomar decisiones y las riendas del país.
La transición entre López Obrador y Sheinbaum es la tercera de continuidad que se da en la historia de México: hasta el año 2000 se deba entre políticos del PRI y en el 2006 entre políticos del PAN. A diferencia de los otros expresidentes, López Obrador logró que “su corcholata” fuera electa candidata y meses después presidenta, por lo que se puede retirar con tranquilidad.
“Un primer elemento de esta transición es que es de continuidad. De (Vicente) Fox a (Felipe) Calderón no hubo continuidad porque Fox no quería que Calderón fuera el candidato, pero ahora es diferente, fue el presidente saliente quien puso a su candidata. Otro elemento es que comparado con los priistas, esta transición se da en un contexto de competencia plural”, agrega Rosiles.
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Y, ¿se retirará?
Para el politólogo Salvador Mora, a pesar de que el presidente López Obrador ha asegurado que se retirará de la vida política a partir del 1 de octubre, no lo hará.
“Habrá un Andrés Manuel López Obrador siendo un actor, a quien se le tome la opinión para ciertas decisiones. Es una figura muy fuerte, no hay manera en que Morena pueda deshacerse de él. Aunque él dice que se va a retirar, al final depende totalmente de él”, destaca.
Agrega que a su “no jubilación” también contribuye que Claudia Sheinbaum no tiene el liderazgo que tiene López Obrador.
Por lo pronto, el presidente ya hizo una excepción a su promesa de no participar en la política y vida pública del país y dijo que sí recibirá a Claudia Sheinbaum.
"Sólo atendería yo un llamado de mi presidenta, también, haciendo uso de mi derecho a disentir; toda la vida”.
Andrés Manuel López Obrador, presidente de México.