A raíz de la visita que realiza el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, por los congresos del país para dialogar sobre la reforma con la que se amplía de cinco a nueve años el uso de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad, han surgido roces con gobernadores por la violencia.
El secretario acusó que estados como Guanajuato y Jalisco se han convertido “ en el paraíso de la incidencia delictiva ”, lo que causó molestia y respuesta de gobernadores de la oposición, quienes le hicieron notar que varios de los estados más violentos son gobernados por un político de extracción morenista.
Los números de la violencia no favorecen a Morena. Tres de cada 10 homicidios dolosos que ocurren en México se registran en entidades gobernadas por algún político morenista. En Baja California, Michoacán, Sonora, Guerrero y Zacatecas se reportaron 7,247 (31%) de los 23,351 homicidios dolosos que se han registrado entre enero y septiembre de 2022. En los estados gobernados por el PAN (Guanajuato y Chihuahua) ocurrieron 3,450 (14%), en las gestiones de Movimiento Ciudadano (Nuevo León y Jalisco) 2,291 (9.8%) y en el PRI (Estado de México 1,696 (7%).
Cuando los homicidios dolosos se miden en tasa por cada 100,000 habitantes, Morena también lidera a los estados más violentos. Ocho de las 10 entidades que se ubican encima de la media nacional, de 92 eventos por cada 100,000 habitantes, tienen como cabeza a un político emanado de esa fuerza política: Colima, Baja California, Zacatecas, Morelos, Sonora, Michoacán, Guerrero y Quintana Roo.
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Parte del dominio que tiene Morena en los estados más violentos responde a que es la primera fuerza política a nivel estatal. Junto a sus aliados electorales, ese partido es gobierno en 22 de 32 entidades (68.7%) del país, donde viven unos 71 millones de mexicanos (56% de la población).