La consulta de revocación de mandato a realizarse el próximo 10 de abril no sentará ningún precedente de que el poder dimana en el pueblo, debido a que este ejercicio no está siendo impulsado auténticamente por los ciudadanos, sino por el presidente Andrés Manuel López Obrador y su partido político, Morena, con una intención más política que democrática: dotar de mayor legitimidad y apoyo al mandatario en sus últimos 30 meses de gobierno, coinciden especialistas.
“Como se está llevando a cabo esté ejercicio no hay ningún aspecto positivo, porque es un mecanismo de participación ciudadana a través del cual se debe canalizar un descontento, sin embargo, su organización no ha sido por una intención genuina de la ciudadanía, sino viene desde los partidos políticos con una finalidad política”, sostiene Arturo Espinosa, fundador de la consultora Strategia Electoral.