¿Quién es Loretta Ortiz?
Es una mujer abogada, madre, abuela, académica, mexicana, ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
¿Cómo se siente ya prácticamente unos días de que se dé la elección?
Yo me siento tranquila, segura. Fui nombrada hace tres años ministra de la Suprema , y cuento con la capacidad y la preparación para gozar de la confianza de la ciudadanía en este proceso de elección. Además, de que estoy preparada, he mostrado en estos tres años que tengo la capacidad, que soy una mujer honesta, justa y que ayudaría y beneficiaría mucho al país tener una presencia como la mía en la futura Corte.
¿Usted quiere ser la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación?
Sí, yo quiero ser la presidenta de la Suprema Corte, pero necesito tener el mayor número de votos.
¿Considera alcanzar los votos necesarios para llegar a la presidencia de la SCJN?
Va a ser una elección reñida, porque las tres que somos ministras, en una ocasión una está como puntera en una encuesta; en otra, otra, y así venimos turnándonos las tres.
Yo considero que las que hemos tenido mayor presencia, pues somos las tres ministras: Lenia Batres, Yasmín Esquivel y tu servidora.
¿Considera usted que hay inequidad en la contienda? ¿Entre ustedes han sentido que hay inequidad?
En lo personal sí, siento que ha habido inequidad. Hay muchas situaciones en las cuales, pues que por distintas razones no se conocen estas circunstancias. Por ejemplo, nosotros no podemos ausentarnos. Yo trabajo lunes, martes, miércoles.
Los otros candidatos sí pueden pedir licencia, sí pueden ausentarse y pueden dedicarse de lleno a su candidatura. Es una situación paradójica, porque por un lado sí tenemos el beneficio de ser ministras de la Corte, pero por el otro no nos podemos ausentar ni hacer campaña como quisiéramos, porque tenemos que estar presentes en nuestro lugar.
¿Qué hubiera pasado si hubiera pedido licencia a alguna de ustedes como ministras?
Es que es imposible, no se puede. Para que funcione la Corte teníamos que estar presentes las tres. Si no, no hay quórum y no se pueden tomar las decisiones; de por sí ahorita es complicada la situación, estamos tratando de sacar el mayor número de asuntos posibles antes de que pasemos a la nueva Corte y si nos ausentamos, pues lo que significaría una paralización de la Corte.
Usted fundó Morena junto con el expresidente Andrés Manuel López Obrador. En 2018 renunció a su militancia, ¿esto le da imparcialidad para tomar decisiones en la Suprema Corte?
Sí soy fundadora de Morena, renuncié a mi militancia en el partido por considerar que no iba a poner en riesgo mi función como ministra de la Suprema Corte por la militancia en Morena. Se puede observar en mis votos, he sido una ministra independiente e imparcial en cualquier situación. Para ello no ha sido obstáculo el haber sido militante y fundadora de Morena. Es como cualquier otro atributo.
Estamos los ministros y ministras, lo digo en general, con los derechos fundamentales, con el respeto a la dignidad humana, con la protección de todas las garantías individuales y esta situación nos convierte en un tribunal constitucional, un tribunal que no busca imponer su visión, porque las visiones no deben partir de ciertos estereotipos, al contrario, debe ser con respeto al Artículo Primero Constitucional, que no haya discriminación alguna por motivos de preferencias sexuales, de género, de raza, idioma, etc. En esa función no cabe hacerse ni a la derecha ni a la izquierda sino por la protección de los derechos humanos.
¿Cómo convencer a los críticos de la reforma judicial y de esta elección, de que si alguna de ustedes tres llega a la presidencia de la Corte, pueden conducirse con imparcialidad?
En una sentencia que emití, tenía dos meses de haber llegado a la Corte, relacionada con el derecho fundamental a la energía eléctrica. En el momento que la redacté, los accionantes eran los partidos de oposición: Movimiento Ciudadano, PAN y PRI.
Era con relación a que si incumplía de aplicar la nueva ley del expresidente, pues iba a afectar las energías limpias. Situación que era totalmente falsa. Entonces, ¿cómo los convences? Con argumentos de derecho. Con argumentos jurídicos, con la argumentación jurídica, es con la que se deben soportar los proyectos de sentencia y en esos proyectos de sentencia, si están debidamente fundados y motivados, lo que puedes lograr es el convencimiento de que se está haciendo justicia, que se está aplicando el sistema jurídico y el Derecho.
¿Esta era la reforma al Poder al Poder Judicial que se necesitaba?
Fui directora del departamento de Derecho de la Universidad Iberoamericana, hace como 20 años, le hicieron una evaluación a la mayoría de los países del Banco Mundial para ver el desarrollo, la evolución de sus sistemas jurídicos, y en ese contexto le hicieron una evaluación al sistema jurídico mexicano y no salimos muy bien parados.
Las mismas críticas que ahora se abordaron ya se anotaban hace 20 años. No puedes tener un Consejo de la Judicatura y una Suprema Corte unidas. Eso trae desequilibrios muy importantes, porque no puedes juzgar a los juzgadores magistrados al mismo tiempo que estás en el lado de la jurisdicción sobre los actos que cometen el Poder Judicial Federal y estar del lado de la Suprema Corte de Justicia, porque normalmente colisionan y no se crea un ambiente de imparcialidad. Esa es la primera gran deficiencia.
La segunda también es que los procesos son costosos, son largos, no son eficientes, no se garantiza el acceso a la justicia. Todo eso salió en ese informe y eso es lo que se trata de combatir con esta reforma. Que es perfectible, no es perfecta, pero -lo que he sostenido y sigo sosteniendo- ésta es mejor a como estábamos.
Es una reforma que nos va a permitir reclamar ante el Tribunal de Disciplina cualquier alargamiento de proceso que no sea expedito, rápido, dentro de los seis meses; además, se va a lograr que no queden impunes los actos que se cometían -no decimos que por todos, pero por algunos- de acoso sexual, violación, tráfico de influencias y corrupción.
¿Qué legitimidad le puede dar un porcentaje bajo de participación?
La legitimidad ya la tenemos por el hecho de participar. Es un tema que porque salgan pocos a votar no queda deslegitimizado el proceso. Es un proceso complicado, que por primera vez en la historia de México se van a elegir a los representantes del Poder Judicial.
Yo no puedo creer los argumentos de que no tenemos capacidad, que no sabemos a quién vamos a elegir, que está muy complicado, que no vamos a salir a votar, porque resulta que no estamos de acuerdo con la forma en cómo se van a elegir a los integrantes. Esos sean argumentos suficientes para que la ciudadanía no tome por sus manos este proceso electoral.
¿No era mejor esperarse un poco más al 2027 para poder sacar muy bien el proceso?
La toma de decisión la tomó la presidenta y yo creo que fue una buena decisión; o sea, continuar como estábamos no era posible, era en un grado de corrupción, de acoso, de violación. Yo fui presidenta de la Comisión de Carrera Judicial en el Consejo de la Judicatura, éste veía las ratificaciones, las licencias, el cambio de adscripción, la jubilación. Tenía casos que iban a ser ratificados jueces o magistrados que tenían 11 denuncias o 10 o 9, y la principal unidad de investigación no hizo investigación alguna, y no nos quedaba otra más que ratificar. Me pregunto ¿si es mejor eso?
En cualquier situación, elección del presidente de la República, presidenta, diputado, alcalde, presidente municipal, si tú te vas un año fuera, regresas días antes de la elección, te encuentras tapizada la ciudad y ahorita no. Eso fue el INE; o sea, ¿de quién es la falta ¿Quiénes quieren desprestigiar este proceso? y entonces es darle de lo mismo: ‘Mira, este proceso de Reforma no sirvió para nada, los que eligen ni los conocen, son unas personas que no tienen capacidad, que no son honestas, que no están preparadas’, cuando el 70% son los mismos jueces y magistrados que estaban, en funciones; o sea, es una especie de ratificación.
Ojalá para la próxima elección se porte y comporte a la altura tanto el Poder Judicial, por un lado, como el INE, porque los que han puesto obstáculos han sido ellos.
¿Cuáles son las deficiencias que usted cree en este proceso electoral?
La falta de promoción a la votación, esa es la que yo veo más fuerte. Dos, la falta de reconocimiento, o sea, que no le dieron herramientas a todos los candidatos en igualdad de circunstancias para promoverse. La primera vez nos dieron una cantidad ridícula de 2,200 pesos para hacer campaña, luego lo aumentaron a 1 millón 440,000 pesos.
Los cargos de ministros y ministras, del Tribunal de Disciplina, de la Sala Superior y de las salas regionales, son a nivel nacional, y no salen bien las cosas.
Que íbamos a tener los mismos tiempos de radiodifusión, nada; que iban haber debates, nada. Son historias de “iban”, pero no. Lo que me más impresiona es que lo vemos en la calle ahorita: no hay ningún letrero que diga, ‘vota el primero’ ni uno.
¿Eso no pasó por la falta de recursos?
No, se destinó muchísimo dinero. ¿Y qué te cuesta poner lonas, algún material? O sea, lo restringieron al máximo.
¿El INE es el responsable de todo esto?
Yo no sé de otra autoridad, no promocionaron correctamente las elecciones. Presenté una queja en el sentido (en contra) de que no podían las autoridades promocionar que vamos a tener elecciones el 1 de junio.
El derecho de votar es derecho a votar y a ser elegido. ¿Cómo íbamos a ocupar cargos públicos si no se menciona que va a haber elecciones el 1 de junio? No se está pidiendo que se promocionara a mi favor o a favor de los otros, sino que se dijera que había elecciones el 1 de junio.
Luego alguien demandó lo que es la equidad y (fue) peor la situación, porque entonces nos dicen: ‘Bueno, para que tengan ustedes equidad en toda esta situación, si es invitado un ministro de la Corte, tiene que invitar a todos, y luego de esa invitación a todos, tienen que estar presentes el 50%”. Somos 64 candidatos a ministros de la Suprema Corte, si se diera bajo esas circunstancias, diríamos: ‘Buenas tardes’, y se acabó. ¿Cómo vas a llevar a cabo una elección con esos términos?
Yo estoy decepcionada en ese sentido. Nosotros sí queremos formar parte de este nuevo Poder Judicial, pero no lo han hecho fácil, no lo han hecho sencillo, y no era muy complicado.
¿Considera usted que se debería tener acceso a recursos públicos como las campañas normales?
Édgar Corzo (candidato a ministro) se ha quejado, porque él viene de la academia; yo también vengo de la academia y no tengo grandes cantidades de ahorros. La situación está en que impera de verdad un sacrificio de nuestra parte. De veras una voluntad, lo digo personalmente, de seguir sirviendo al país, de seguir en lo que sé que es administrar justicia para los demás.
Hay una vocación de servicio, pero que no te facilita en el camino cuando no te dejan hacer campaña. Yo con esto de la elección, sí estoy convencida de que es una buena forma de democratizar al país, pero con términos que realmente nos dejen participar.