Publicidad

Síguenos en nuestras redes sociales:

Publicidad

Sucesión 2024: la encuesta como método y reto para no fracturar a Morena

El Consejo Nacional de Morena determinó que del 28 de agosto al 3 de septiembre se levantará una encuesta y cuatro espejo. De la aceptación de sus resultados, dependerá si hay divisiones o unidad.
lun 12 junio 2023 11:59 PM
corcholatas-consejo.jpeg
En junio pasado los seis aspirantes suscribieron un acuerdo para mantener la unidad en Morena.

En el proceso de sucesión de 2024 , el llamado del presidente Andrés Manuel López Obrador a las “corcholatas” ha sido contundente: mantener la unidad. Sin embargo, la cohesión en el partido y entorno a quien resulte electo como coordinador nacional de los comités de defensa de la Cuarta Transformación dependerá de que quienes aspiran a la candidatura acepten los resultados del método elegido: la encuesta.

El inciso A del artículo 44 de los estatutos de Morena establece dos métodos para elegir a sus candidatos a cargos de elección popular: la insaculación y la encuesta.

Publicidad

En su Consejo Nacional, realizado este domingo, el partido fundado por el presidente López Obrador determinó que la encuesta será el método para elegir a su candidato presidencial. Tras meses de sugerencias de cuántas encuestas deberían realizarse, cuántas preguntas tendría que incluir y a cuántas personas, los consejeros definieron los detalles: será una encuesta que tendrá otras cuatro encuestas espejo, podrán participar hasta seis personas, se levantará entre el 28 de agosto y el 3 de septiembre y el resultado será informado el 6 de septiembre.

"El aspecto más importante del proceso de definición aquí mencionado, consiste en evitar disputas internas que podrían derivar en fracturas y mantener la unidad de nuestro partido y de nuestro movimiento, aunque no habrá motivo para ello, toda vez que se llevará a cabo caracterizado por la transparencia la equidad y la imparcialidad", explicó Alfonso Durazo, presidente del Consejo Nacional.

La encuesta es un método novedoso en los procesos internos de los partidos en México a través del cual se elige al “más competitivo”, pero también ha sido muy cuestionado, incluso por los propios participantes. Acusaciones de fraude, divisiones y hasta renuncias ha ocasionado el método que el presidente López Obrador defiende por sus resultados: 23 gubernaturas en cinco años.

Politólogos consultados por Expansión Política sostienen que el desafío para Morena rumbo al 2024 no está en los partidos de oposición, sino en su proceso interno.

“El presidente sabe que el mayor enemigo que tiene Morena hoy, lo tiene adentro. Las tribus que se están creando igual que en el PRD hacen que el mayor enemigo de Morena sea Morena”, explica Arturo Argente, analista político y catedrático del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores Monterrey (ITESM).

La semana pasada, un día después de la elección de gobernadores en Coahuila y Estado de México, el mandatario federal se reunió con las cuatro corcholatas, gobernadores, Mario Delgado y Citlalli Hernández, donde el mensaje esencial fue mantenerse unidos. También aseguró que él no inclinará la balanza a favor de nadie, que no hay cartas marcadas, ni habrá "dedazo".

Previo a la definición de la convocatoria, los grupos al interior del partido comenzaron a manifestar su apoyo hacia su corcholata preferida: Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto o Ricardo Monreal.

Gobernadores, secretarios de estado, diputados, senadores, presidentes municipales, funcionarios y autoridades partidistas han ido definiendo su respaldo a quien consideran la mejor opción para continuar con la Cuarta Transformación.

“Sabemos que esta esta elección presidencial se va a decidir antes de 2024, se va a decidir en el momento de que elijan al candidato de Morena. Entonces tienen la oportunidad histórica de hacer las cosas bien”, afirma José Antonio Carrera Barroso, especialista en sistemas electorales y catedrático de la Universidad Autónoma de Metropolitana (UAM).

Publicidad

Para evitar divisiones y acusaciones de un “dedazo” o imposición, el propio presidente sugirió que el método para elegir a su posible sucesor sea la encuesta. Además, el partido ha tomado otra medida: a los participantes se les hará firmar un escrito con el que se comprometen a respetar los resultados de este ejercicio.

Azucena Rojas, decana regional de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del Tecnológico de Monterrey, advierte que partido del presidente no le conviene que haya quienes no acepten los resultados, pues el candidato elegido, no solo no gozaría del respaldo sino surgirían las divisiones.

“Si no lo hacen así, pues pueden abrirse más divisiones dentro de Morena que pueden debilitar al partido y es un partido que no le conviene arriesgar”, explica.

A nivel estatal, hay varios casos de inconformidades por el resultado de las encuestas. En la elección de los candidatos de Colima, Chihuahua, Zacatecas y, más reciente, Coahuila hubo desconocimiento de los resultados. Ese es precisamente el reto para Morena este año, lograr que Sheinbaum, Ebrard, Monreal y López Hernández, o cualquier otro que participe, acepte los resultados.

Carrera Barroso considera que para evitar esos cuestionamientos, la encuesta debería ser transparente.

“No sabemos a quién se las hacen... desde ahí y hasta la fecha todos los procesos de Morena han sido bien opacos. Lo deseable es que los resultados fueran replicables, es decir, que los ciudadanos o interesados podamos acceder a las bases de datos y que fuera una sola pregunta porque entre más variables, más plausible es jugar con ellas”, advierte.

Publicidad

Un método poco transparente, ahora blindado

Las encuestas tienen más de un lustro en Morena. Mediante encuestas se eligieron en 2018 a los primeros candidatos ganadores en una elección estatal: Claudia Sheinbaum, Cuitláhuac García, Rutilio Escandón y Adán Augusto López. A partir de ahí, en 2019, 2021, 2022 y 2023, ése ha sido un método inamovible, incluso para definir la presidencia y secretaría del partido.

Las encuestas en Morena tienen como antecedente aquella con la que en 2012 se definió que Andrés Manuel López Obrador sería el candidato a la Presidencia tras vencer al entonces jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard.

Rumbo a la elección presidencial, la encuesta nuevamente tiene el reto de no solo definir al perfil más competitivo, sino garantizar que la nominación final se hizo con base en la opinión ciudadana y no para disfrazar un “dedazo”.

Bajo el argumento de que el artículo 31 de la Ley de Partidos Políticos establece que se considerará como “reservada” la información relativa a encuestas, el partido hoy dirigido por Mario Delgado se ha negado a transparentar resultados, detalles metodológicos, muestra, batería de preguntas, zonas geográficas de levantamiento de las decenas de encuestas que ha realizado para definir a sus candidatos.

“Las encuestas son un método poco transparente, que puede ser viciado, es una herramienta poco confiable para elegir al próximo candidato", asegura Argente.

Pero para evitar esas sombras de opacidad, el partido a través de su Consejo Nacional impuso algunas medidas, entre ellas: cuatro encuestas espejo con encuestadoras propuestas por corcholatas, pero seleccionadas mediante un sorteo, y equipos de tres integrantes encargados de levantarlas.

"El cuestionario será aplicado por equipos conformados de esta manera: un coordinador designado por la comisión de encuestas; un encuestador ya sea del partido o de una empresa externa; un representante de cada uno de las y los aspirantes", dice el acuerdo de alcanzado este domingo.

Cada cuestionario a levantar tendrá un número de folio y un talón desprendible con el mismo número el talón, el cual se separará y se entregará a la persona encuestada, para que marque en secreto en un formato de recuadros el nombre de la persona que prefiera para representar el movimiento,.

El talón se depositará en una urna portátil sellada que deberá ser entregada por el equipo a la comisión de encuestas al término de la jornada de levantamiento de los cuestionarios.

El resultado de la encuesta será "inapelable".

corcholatas-consejo-morena.jpeg
Este domingo sesionó el Consejo Nacional de Morena para definir los detalles del proceso interno para definir a su candidato.

Operación cicatriz

Aunque Morena tenía previsto emitir su convocatoria a finales de junio y tener el nombre de su candidato a finales de noviembre, el presidente de la República les ha pedido acelerar los tiempos. A decir de expertos, el motivo es acortar los tiempos de confrontación entre morenistas, pues enfrentarse entre sí, tendría costos para el partido.

“El candidato tiene que estar listo en septiembre para evitar mayor distanciamiento, mayor daño entre ellos, principalmente los grupos de Claudia Sheinbuam, contra los de Marcelo. Hay una separación abismal que está creciendo por el deseo de llegar al poder”, agrega Argente.

Carrera Barroso explica que justo para evitar fricciones, señalamientos y enfrentamientos entre correligionarios no se incluyeron debates en el proceso interno.

“Los debates lo que iban a provocar es sacar los trapitos de los adversarios además saldrían bien debilitados, el que menos, hubiera sido Adán Augusto, porque Marcelo y Claudia tiene mucha cola que les pisen”, dice.

Adelantar la elección del candidato también permitirá al partido hacer operación cicatriz y ya sea por “premios de consolación”, compromiso con el proyecto político o por indicaciones superiores, todos arropen al elegido.

“Sacar prematuramente a la persona candidata va a dar más tiempo para conciliar a aquellos que no sean candidatos, para conciliar esas fuerzas”, destaca José Antonio Carrera.

Además de esa conciliación, para evitar fracturas habrá "premios de consolación. En el Consejo Nacional del domingo se aprobó sugerirle al ganador de la encuesta incorporar a su gobierno al segundo y tercer lugar y para los demás, cargos en el legislativo.

"Que invite a quienes hayan quedado posicionados en la encuesta, en el segundo y tercer lugar lugares a colaborar en su tarea, y que, en caso de que se alcance el objetivo, se les permita escoger entre una invitación a ocupar una posición para mejorar la gestión pública o ser propuestos para la coordinación de Morena en defensa del federalismo o la coordinación de Morena para la defensa de la representación popular. El partido por su parte ofrecerá a las demás personas que hayan participado en la encuesta posiciones en prelación para la defensa del federalismo y de la representación popular, ello en el espíritu de que nadie de entre quienes participen se queden al margen de nuestra lucha por la transformación de México", dice el acuerdo entre morenistas.

Los morenistas suscribieron un acuerdo en el que se comprometen a aceptar los resultados.

Desde que Morena dio el banderazo de salida rumbo a la elección presidencial, la constante ha sido mantener la unidad, un objetivo que en las próximas semanas quedará claro si se cumplió o la encuesta volvió a causar fracturas.

MGID Recomienda

Newsletter

Los hechos que a la sociedad mexicana nos interesan.

Publicidad

Publicidad