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Ante presunto plagio de tesis de ministra, expertos ven afectación a la SCJN

Aseguran que el proceso se enturbió más por intervención del presidente Andrés Manuel López Obrador.
sáb 31 diciembre 2022 03:00 PM
Yasmín Esquivel Mossa, ministra de la SCJN
Yasmín Esquivel Mossa, ministra de la SCJN, ha sido señalada también de haber plagiado su tesis de doctorado.

Este lunes 2 de enero la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) deberá elegir a quien encabece la presidencia del máximo tribunal por cuatro años, hasta el año 2026, en un escenario inédito, pues sigue en duda si la ministra Yasmín Esquivel, una de las cinco aspirantes, obtuvo válidamente su título de abogada, por lo que no solo su aspiración está en duda, sino si ella puede seguir formando parte del Poder Judicial.

Sin embargo, investigadores en derecho ven factible que la elección se concrete en el perfil de otro ministro; incluso ven complicado que Esquivel Mossa siga en su cargo al menos hasta que se resuelva la investigación sobre un presunto plagio de su tesis de licenciatura.

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“Quiero pensar que rápidamente se va a topar con su propia realidad, porque no veo yo a ningún ministro o ministra votando por ella. Sería escandaloso que después de todo eso lograra quedar, empañaría al Poder Judicial”, estima el investigador Hugo Concha Cantú.

En entrevistas por separado el mencionado Hugo Concha, investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM; César Astudillo, exabogado General de la UNAM; Sergio López Ayllón, exdirector General e investigador del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE); Tito Garza Onofre investigador de la UNAM, especializado en ética jurídica, y Javier Martin Reyes, investigador de la UNAM, ven que este escándalo impactará a la SCJN.

Los expertos también ven posible la renuncia de la ministra o su licencia temporal; incluso no descartan posponer el relevo en la Corte, con un interinato o mando provisional, en lo que se clarifica todo.

Concha, Garza Onofre y Reyes coinciden en que debe darse un plan de control de daños ante la crisis de imagen pública que vive la Corte y las dudas sobre la ética, al menos, de la ministra Esquivel, que ésta debió haber cedido en su aspiración a presidir la Corte, o hasta dejar el cargo.

“Sería políticamente muy costoso que se mantenga en la Corte. Imaginemos tener como jueza constitucional a una abogada cuyo título, todo apunta, se obtuvo de manera fraudulenta. Pero no me queda claro que la ministra esté dispuesta a irse”, dice el investigador Hugo Concha.

Se topará con la realidad

Este lunes 2 de enero dejará la presidencia de la Corte el ministro Arturo Zaldívar y hay cinco candidatos a sucederlo: Esquivel, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Javier Laynez Potisek, Alberto Pérez Dayán y Norma Lucía Piña Hernández.

Hasta ahora, Esquivel mantiene su candidatura a sucederlo, pues asegura que la tesis con la que se tituló, en 1987, fue copiada por quien la presentó un año antes, en 1986, presunto plagio que evidenció el escritor Guillermo Sheridan en Latinus, el pasado 21 de diciembre.

Para los especialistas, aunque sigue la investigación de la UNAM, la contundencia de los hechos debería llevar a la ministra a no causar más desgaste a la SCJN manteniendo su postulación.

Sin embargo, ninguno ve cercana la decisión de desistirse y menos que renuncie. Incluso hacerlo antes de la votación dejaría a la SCJN con un pleno de 10 ministros e incluso con posible empate en la votación de la presidencia, que alcanzará el que obtenga 6 votos.

“Lo verdaderamente grave es que además ha tratado de hacer pirueta y media para tratar de negar lo evidente. Y tergiversar la realidad viniendo de una persona que tiene que tener la más alta integridad por ese puesto de ministra, es muy delicado”, destaca Concha.

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Proceso viciado

Los analistas valoran que el proceso quedó enturbiado, además, por la intervención del presidente Andrés Manuel López Obrador. El 26 de diciembre en su conferencia matutina afirmó que ella no es su candidata, pero “es una mujer que está de acuerdo en la transformación del país”.

Tres días antes, el día 23, minimizó como un “error” de estudiante un posible plagio, y más aún “el presidente dijo que él no quería que quedara el ministro rico ¿Quién es el ministro rico o por qué hace alusión a los ministros conservadores?” advierte Garza Onofre, el experto de la UNAM.

El especialista Reyes, también de la UNAM, alerta: con “la defensa que hizo de ella el presidente, le resta atributos” por el papel autónomo que debiera jugar la SCJN.

Para Concha Cantú ya antes ha habido injerencia presidencial en el Poder Judicial y “en varios episodios ha amagado, ha puesto contra la pared y criticado las cosas que decide la Corte”.

Pero es normal que se complique el proceso pues el presidente de la Corte ”seguramente es el segundo funcionario más importante del país, no sólo por las cosas que resuelve la Corte sino por el tamaño, el presupuesto y los recursos del Poder Judicial Federal”.

Pero con sus mensajes el presidente López Obrador causó que “ya esté enturbiada la sucesión y para evitar llevarse a todos al baile y no mermar aún más la credibilidad de la SCJN” la ministra debiera salir de la Corte, insiste Garza Onofre.

Pero no es tan fácil, admite. Aun cuando sea posible una dimisión al cargo no hay regulación. Por eso “cuando sucede algo como esto estamos a la buena de Dios y atenidos a que los involucrados den un paso para atrás”.

Lo que es seguro es que ni el presidente López Obrador que la propuso al cargo, ni el Senado de la República que la ratificó, ni los 10 ministros pares que integran el Pleno pueden tomar una decisión que sólo toca a la ministra.

“La autonomía e independencia de la SCJN radica precisamente en eso, que son designaciones por 15 años y los involucrados no pueden responder a las presiones o designados de otros poderes como el Legislativo o Ejecutivo”, expone.

El artículo 98 de la Constitución señala que procederán las renuncias de los integrantes de la SCJN exclusivamente “por causas” graves, que éstas serán sometidas al presidente de la República y que si éste las acepta, el Senado deberá dar su aprobación.

Dado que sólo dice eso, “lo que entra en juego es la ética y por eso estamos pidiendo que ella misma se haga a un lado”.

El caso más reciente, recuerda, es el del ahora exministro Eduardo Medina Mora, quien renunció y no explicó las causas graves para ello. “Nunca la supimos y creemos que fue por la información de que tenía transferencias millonarias que no se podían explicar, se abrió una carpeta de investigación, pero no quedó en nada”.

Por eso “lo que podemos entender es que renunció por amenazas, por presiones o por negociar” y lo mismo puede aplicar ahora con Esquivel Mossa.

“Puede haber presión si, puede haber chantajes, negociaciones también, pero que el presidente la obligue a renunciar no, en absoluto” y nadie podría hacerlo si ella no lo decide, plantea.

En cambio, “si puede solicitar una licencia hasta por un mes en lo que se aclara pero no lo va a hacer, está empeñada en llegar hasta lo último”.

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Podrían posponer todo

Para el investigador César Astudillo, investigador de la UNAM, el único escenario que llevaría a que la sesión del 2 de enero normalice la situación en medio de este contexto atípico, es que antes, o incluso ese día iniciando la sesión, la ministra retire su candidatura y decline y puede decir que “para no manchar la imagen de la Corte”.

Y la realidad es que ya no hay una contienda equitativa, Esquivel está en desventaja y su situación en duda hasta que la UNAM aclare, lo que llevará varios meses.

Por eso sugiere que la SCJN entre en un interinato o presidencia provisional, hasta que se clarifique todo y pueda haber equidad en la sucesión en la SCJN.

“Si se va ahora (a la elección) es claro que hay una mancha, una duda sobre la legitimidad de la participación de la ministra y ella también está en desventaja”.

Por eso plantea la salida de una presidencia interina o provisional. En el primer caso, de no más de 6 meses “de enero a junio, en lo que se resuelve y se convoca a una elección normal”.

En el caso de la provisional, tocaría al decano, el ministro Luis María Aguilar, pero dado que ya presidió la Corte, correspondería al ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo presidir dos o tres meses.

“Hacer que se vote el 2 de enero sin tener jurídicamente resuelto y con transparencia lo que está sucediendo en la Corte, es precipitarse y en lugar de abonar a la credibilidad de la Corte dañaría más su imagen” dice Astudillo.

Tres de sus colegas no ven factible esa salida.

Sergio López Ayllón valora: “no veo un escenario en el que se suspendan la votación o la pospongan. Sería muy disruptivo de la operación de la Corte. Creo que si la ministra ha decidido mantener su candidatura, estará en la mesa junto con la de los otros 4 candidatos”.

Sólo la UNAM y después las autoridades educativas o judiciales, en su caso, definirán el rumbo a seguir, pues consideró que hasta hoy la ministra goza de sus derechos a salvo, de ahí que se vislumbra que siga en su ruta anunciada: defender que es inocente.

Así que es factible que durante un periodo y mientras no haya conclusiones “estaremos en el terreno de la especulación” y admite: “eso no contribuye a la función de la Corte, pero es algo que la ministra tendrá que valorar en su momento”.

Hoy por hoy la ministra “no está impedida a participar en el proceso ni a seguir en su función de ministra de la corte. Y mientras no haya una decisión de la UNAM en efecto ella no podría hacer algo muy diferente”.

La SCJN, la víctima

Reyes y Concha ven también improbable aplazar el proceso

“No veo antecedente y ni siquiera fundamento legal”, establece Reyes, de la UNAM al recordar que hace 8 años, dado que había una vacancia, con 10 ministros hubo varios empates 5-5 y hubo que hacer más de 30 rondas de votación, “y en ningún momento se vio la posibilidad de posponer”.

“Lo que me parece irresponsable es mantener una candidatura cuando la evidencia es tan contundente, pero bueno, la presunción de inocencia está y se presume que el título es válido”, agrega.

Con base en el mismo caso, de votación atorada, Concha valora que los ministros agotarán el procedimiento y elegirán a quien ocupe la nueva presidencia.

”No tiene por qué haber un interinato” y, como la ministra seguramente no se retirará, no habrá escenario de 10 votos, empates, y rondas como hace 8 años.

La ministra “si puede solicitar una licencia hasta por un mes en lo que se aclara todo, pero no lo va a hacer, está empeñada en llegar hasta lo último” valora Garza Onofre.

Y de ganar, pese a todo, “sería muy dañino para el Poder Judicial y para el poco prestigio que le queda en estos días”.

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