Judith Méndez, experta en salud y finanzas del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), agregó que también se ha considerado que el nuevo organismo IMSS-Bienestar absorba los recursos del Fonsabi.
“Esto implica algo sumamente preocupante, que es que se sustituyan los recursos de atención para padecimientos de alto costo o de especialidad, como VIH y cáncer, hacia la atención del primer nivel. No es que no se deba atender el primer nivel, el problema es que el bajo financiamiento nos está obligando a decidir entre niveles de atención”, expuso.
La reducción presupuestal a estas enfermedades es notoria. Por ejemplo, detalló que en 2015 se destinaron 2,275 millones de pesos a la atención de cáncer de mama, y en 2020 fueron 1,105 millones de pesos, una reducción de 51.4%.
“De ese tamaño es lo que estamos dejando de atender, no nada más porque no existan fondos, sino porque no sabemos a dónde se están destinando estos recursos”, señaló.
Agregó que una tercera parte de las unidades del sector salud tendrá aumentos presupuestales marginales, mientras que el Hospital Infantil de México tendrá un recorte de 4%; el Instituto Nacional de Pediatría, de 6%, y el Instituto Nacional de Cardiología, 2.5%.
“Aquí también nos preocupa el tema de la equidad intergeneracional: se concentran los recursos en la población de adultos mayores versus los recursos que van a la niñez", apuntó.