“Es probable que el número de mastografías de detección en México haya sufrido una caída general de 50%, la cual se prolongó al menos seis meses. Es aún temprano estimar el impacto que tendrá este abandono a la detección en las futuras muertes por cáncer de mama en nuestro país. Sin embargo, los datos internacionales indican que cuando la capacidad del tamizaje se desploma 75% durante seis meses consecutivos, el resultado esperado son 5,000 muertes adicionales por esta neoplasia en los próximos 10 años a nivel mundial”, advirtió la especialista.
Según datos del Inegi, en 2019 la tasa de mortalidad por cáncer de mama fue de 17.19 defunciones por cada 100 mil mujeres de 20 años o más. Y en 2021 subió a 18.
Ante ese panorama, la doctora urgió a mejorar los programas de detección y atención del cáncer de mama en México.
También consideró necesario mantener esos tamizajes, incluso en emergencias sanitarias, con las medidas de seguridad sanitaria.
“Creemos que es posible prevenir y transformar estas formas de exclusión con programas de tamizaje seguros, pero también deben promoverse los procesos de colaboración y vinculación de los centros y hospitales que dedican parte de su actividad a la detección oportuna del cáncer de mama”, subrayó en el texto.