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La SEP pide no reprobar alumnos y la orden divide a maestros y expertos

La evaluación en el ciclo escolar 2020-2021 colocó en una situación complicada a los docentes, pues la SEP instruyó a que no se repruebe a ningún estudiante de nivel básico.
mié 23 junio 2021 01:02 PM
niños que han fallecido por COVID-19
La SEP instruyó a no reprobar a ningún niño, niña y adolescente, además de que anunció periodo de recuperación.

Ya es oficial. El ciclo escolar 2020-2021 no prevé ningún estudiante reprobado debido a la epidemia de COVID-19. Las autoridades educativas instruyeron que habrá de darse una calificación mínima de 6 para quienes haya tenido una comunicación constante o intermitente durante el curso a distancia, mientras que para los que no hubo comunicación, ésta se reportará hasta que concluya el periodo extraordinario de recuperación.

El acuerdo número 16/06/21 de la Secretaría de Educación Pública (SEP) publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) ha dividido la opinión: algunos consideran que se debe garantizar el derecho de los estudiantes y no retrasarlos más, en tanto que hay quienes piensan que no se les ayuda a los menores “regalando” la calificación.

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¿Qué dice la SEP sobre la calificación?

El documento para regular las acciones específicas y extraordinarias relativas a la conclusión del ciclo escolar 2020-2021, en beneficio de los educandos de preescolar, primaria y secundaria ante el periodo de contingencia sanitaria generada por el virus SARS-CoV2 (COVID-19) advierte que no “podrá retenerse a los educandos en el grado escolar en el que se encuentran inscritos”.

Ningún alumno podrá ser reprobado en México, según la SEP

Para las alumnas y los alumnos con los que se mantuvo el nivel de comunicación y participación sostenida, durante los tres periodos de evaluación, la calificación mínima a señalarse en la boleta será de 6.

Con quienes la comunicación fue intermitente en uno, dos o los tres periodos de evaluación y, en caso de que existan condiciones para ello, el docente del grupo o de asignatura realizará una valoración general de los conocimientos logrados durante el ciclo escolar o de los periodos de evaluación sin información, y se le asignará una calificación mínima de 6.

Si no existen las condiciones para llevar a cabo la valoración general del educando, se deberá registrar en la boleta de evaluación la leyenda "Información insuficiente" y la calificación se reportará hasta que se concluya el periodo extraordinario de recuperación.

En tanto que las alumnas y los alumnos con los que se mantuvo el nivel de comunicación prácticamente inexistente, se deberá registrar en la boleta de evaluación la leyenda "Sin información" y la calificación se reportará hasta que se concluya el periodo extraordinario de recuperación, que abarca del inicio del ciclo escolar 2021-2022 hasta el término del primer periodo de evaluación.

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Garantizar el derecho a la educación

La decisión generó cuestionamientos sobre si es lo mejor, considerando que esto puede tener repercusiones en el futuro para los estudiantes y retrocesos educativos. De acuerdo con los resultados de la prueba PISA de 2018, solo alrededor de la mitad de los estudiantes logran aprendizajes suficientes: el 55% en Lectura, 53% en Ciencias y 44% en Matemáticas, lo que puede agravarse por la epidemia de COVID-19.

Conoce más: La pandemia provocó retroceso de 3 años en educación, advierte Mexicanos Primero

Para Guadalupe Escamilla, supervisora de sección escolar en el Estado de México, la decisión del gobierno de no reprobar a nadie es adecuada en función del tipo de evaluación que se utiliza actualmente en el sistema educativo, en tanto que valora qué áreas se requieren fortalecer y mejorar, pues en el momento que se rompe o fractura la atención directa de uno a uno con los niños, es muy relativo el que se pueda valorar o realizar una calificación de las capacidades de los estudiantes con las limitantes de estar a distancia o estar comunicado de manera intermitente.

“La decisión responde a garantizar los derechos de niños y niñas, a las normas éticas y filosóficas y legales que secundan al hacer educativo”, dice al considerar que lo que lo deben hacer es permitir que todos los niños pasen al ciclo que le corresponda y cada docente reconocer qué elementos lograron desarrollar y qué les está faltando y “echarle montón” para compensar aquellos procesos que no pudieron adquirir.

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David Calderón, director de Mexicanos Primero, considera que el acuerdo es un acierto, pues debe tomarse en cuenta que, de acuerdo con el estudio Equidad y Regreso, la mayoría de las familias, especialmente las más pobres, no tuvieron en el programa Aprende en Casa una alternativa y si se toma la determinación de reprobar a los estudiantes se “les estaría castigando” con retrasarse un año más, lo que puede tener como consecuencia la deserción escolar y un costo más para las familias.

“Castigarlos con la situación... haciendo que repitan un grado escolar, atrasarse un año más en su trayectoria, no solo puede ser un desincentivo a seguir estudiando o tener un costo adicional a la familia, sino que tampoco va a ser una gran respuesta si se vuelve a hacer lo mismo de antes”, menciona.

En cambio la orientadora de secundaria, Pilar Burgos, no está de acuerdo con esta solución, pues a los maestros les corresponde evaluar a los estudiantes con aspectos relacionados al aprendizaje, pero si no hay elementos para evaluar “a los alumnos no se les hace ningún favor mandándolos al siguiente nivel”.

Por su parte, Francisco Landero, presidente de Suma por la Educación y Consejero de Educación con Rumbo, señala que pasar alumnos por la pandemia “es un autoengaño del sistema educativo y un engaño a padres de familia y a los propios maestros”, por lo que considera que “por el propio bien de los estudiantes” aquel que no cuente con los aprendizajes debe tener la oportunidad de repetir su grado escolar o tener clases de regularización adecuadas.

¿Cómo regresan los niños a la escuela?

De acuerdo con Marco Fernández, académico de la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey e investigador de México Evalúa, si la SEP si la instrucción es que no se repruebe, va a llegar a un año en el que el estudiante no tiene los conocimientos que se supone debió haber adquirido.

Por lo tanto, insiste, en la necesidad de contar con una evaluación diagnóstica para saber dónde están los chicos en términos de aprendizajes y establecer la ruta de compensación y tutorías que van a necesitar el próximo ciclo.

“No solamente es no reprobarlo, lo que pone sobre la mesa es que se necesita una evaluación diagnostica que les sirva para poder establecer ruta de recuperación de aprendizajes y eso es lo que yo no veo”, señala.

Con él coincide Landero. “Si yo no tengo una escala de evaluación, me es difícil saber las carencias, saber si un alumno puede pasar el siguiente grado donde se requieren ciertas habilidades para también sortearlo y concluirlo de mejor forma”, expresa.

Conoce más: COVID-19 incrementó el abandono escolar en México: 5.2 millones dejaron escuela

El acuerdo de la SEP plantea que con la finalidad garantizar la continuidad de los estudiantes en el Sistema Educativo Nacional, habrá un periodo extraordinario de recuperación, el cual partirá de una valoración diagnóstica de los educandos a cargo del docente del grupo o de asignatura, con la cual diseñará un plan de atención bajo un esquema de nivelación del grado escolar o asignatura que le permita avanzar en los aprendizajes del siguiente grado escolar.

“La valoración diagnóstica y el plan de atención se realizará a todos los educandos sin excepción, dando prioridad a aquellos con niveles de comunicación y participación intermitente, así como inexistente en el ciclo escolar apenas concluido”, dice.

La empatía para pasar

Margarita Bustos, directora de una secundaria de la CDMX, explica que las autoridades educativas les han pedido ser “empáticos” por la situación que estamos viviendo, pero reconoce que eso no tiene que ser pasando a todos los estudiantes, aun sin los conocimientos, pues puede tener repercusiones más graves en su futuro, y que esto deben verlo como una oportunidad y no para conformarse.

“Si los chicos saben aprovechar la oportunidad, lo harán, si no, pues no lo harán ni esto ni en la vida (…) Por un lado los ayudas porque no reprueban el ciclo escolar, es una oportunidad de recuperarse, pero por el otro no llevan los conocimientos básicos para ingresar al siguiente nivel”, comenta.

La docente reconoce que la situación en cada familia fue distinta, pero eso no exime a los estudiantes que no le dieron la importancia necesaria. Ella también es madre y, al igual que muchas otras mujeres, tenía que trabajar y ver a sus dos hijos, una jovencita que pasó a preparatoria y un adolescente en secundaria.

En el caso de Mariana Ramírez, madre de tres niñas en edad escolar, coincide que la situación ha sido difícil para muchas familias. En su caso, aunado a las labores del hogar y atender a sus hijas, se le sumó que su mamá recayó de su cáncer. Esto le afectó también a sus pequeñas, pero dice que le echan ganas, incluso cuando tuvo que llevarla al doctor porque se enfermó de estrés.

“Los padres conocemos a nuestros hijos, yo sé que ella le echa ganas, pero también fue difícil para ella el saber que su abuelita tiene cáncer y se me puso muy mal”, cuenta al recordar que lo único que le dijeron fue “no te preocupes por las calificaciones, tú échale ganas sin presionarte por una calificación, entendemos que fue complicado, no solo para ti, sino para nosotros”.

Por eso, Pilar Burgos insiste en que la empatía no es “ignorar las causas sino buscar soluciones”, pues estas estarán tanto a distancia o de manera presencial, pero siempre van a ser de carácter social, económico y cultural.

“Es la desigualdad en sí”, dice y comenta que por eso se necesita pensar en otras estrategias en el sistema educativo.

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