En educación, Alejandra Macías, investigadora del CIEP, explicó que durante los últimos 10 años se ha gastado entre 3.9% y 3.4% del PIB, cuando se estipula en la ley que debería ser 8%, lo que es una brecha antes de la pandemia y tendrá efectos en el futuro: tan solo 5.3 millones dejaron de ir a la escuela.
“La COVID ha profundizado el rezago que teníamos en salud y educación, y el presupuesto en estos rubros es clave para el bienestar y desarrollo de la población, pensar en un nuevo sistema fiscal para poder generar estos recursos”, dijo.
“Una de las lecciones de la pandemia es que existen tres áreas en donde es necesaria una mayor inversión de recursos: mecanismos de protección social, servicios de salud y el sistema educativo”, señaló Alexandra Haas Paciuc, directora ejecutiva de Oxfam.
La especialista expuso que los apoyos que ha dado el gobierno mexicano no han sido suficientes para prevenir que más personas caigan en pobreza ante la disminución de empleos. “México requiere mejores herramientas de política pública, como seguros de desempleo y programas de apoyo sin seguridad social para enfrentar estas contingencias”, advirtió.
De acuerdo con las organizaciones, la actual crisis hace urgentes reformas fiscales que garanticen que la población con mayores ingresos pague más impuestos, en beneficio de la población con menores recursos, para con ello mitigar las afectaciones por COVID-19.
“El correcto diseño y aplicación de estos impuestos combatiría la concentración de la riqueza y con ello disminuir las desigualdades en nuestro país, incrementando los recursos necesarios para mitigar la crisis actual en equidad de género, salud y educación”, señala el estudio.