Es decir, coinciden los expertos, el comportamiento en las redes sociales no se transforma de forma inmediata en un vuelco rotundo de las preferencias del electorado, sino en la lógica de los políticos de que importa más ganar la disputa en el espacio digital y presentarse como victimas sin importar los argumentos.
Y para narrativa en el espacio digital, los actores políticos se valen de una serie de recursos y el uso de dinero público para la difusión de los mensajes, el uso de bots, o la creación de cuentas magnificadas o grupos en Facebook y mensajería instantánea.
La importancia de fiscalizar los recursos
En su primer informe, El Colmex reportó que en los primeros siete días de marzo, Morena invirtió 307,266 pesos para aumentar el alcance de 35 anuncios en Facebook. Ese gasto representa 40% más del que realizó el Partido Verde en el mismo periodo (219,186 pesos) y casi duplica lo que destinó el gobierno del estado de Michoacán para sus spots (163,073 pesos).
En ocho de las publicaciones magnificadas por el pago a esta red social, Morena empleó el hashtag #ExtirpemosAlPRIAN. Es decir, no solo fue el partido político que más gastó en publicidad en la primera semana de marzo, de acuerdo con El Colmex, sino que su spot recibió el mayor número de vistas en dicho periodo.
En el caso de Samuel García, para la publicación "Los de la vieja política son todos del PRI", se detectó una inversión de entre 13,808 y 15,780 pesos, alcanzando 208,700 visualizaciones en Facebook y 213,527 en Instagram.
Estas fueron las campañas electorales en las que más se vigiló, por parte de la sociedad civil e investigadores, el gasto en redes sociales, pues además las restricciones por la pandemia convirtió a las plataformas digitales en un medio idóneo para que los candidatos difundieran sus propuestas.
En este sentido, Abraham Trejo enfatiza que es urgente que las autoridades electorales fiscalicen y establezcan de transparencia en los espacios digitales. "Debería ser ya un factor importante de la democracia mexicana, pues vemos intereses políticos y financieros", dice.
Gabriela Cruz concluye que mientras los políticos se centren en discursos de odio, dejan de lado las discusiones importantes para la sociedad.
"Llega un punto en que el rechazo a ciertos partidos cae en seguirle el juego a cadenas de desinformación, y eso es peligroso para todos", indica.