Cuando le cayó la luz a la casa de Videgaray
En diciembre de 2014, el diario The Wall Street Journal publicó que la empresa Grupo Higa que construyó la llamada “casa blanca” de las Lomas, de Angélica Rivera Hurtado (de acuerdo con una investigación periodística de AristeguiNoticias), también había edificado una casa para el entonces secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso.
El diario presentó una consulta en el Registro Público de la Propiedad que arrojó que el ex funcionario compró el inmueble en un complejo en Malinalco, Estado de México, con un crédito otorgado por el grupo que era -es- propiedad de Juan Armando Hinojosa, contratista millonario del gobierno.
Agobiado por los escándalos de conflictos de interés, por la adquisición de mansiones, el Gobierno federal publicó en abril de 2015, un acuerdo en el Diario Oficial de la Federación (DOF) para modificar el formato de la declaración patrimonial para obligar a los servidores públicos a exponer con precisión el nombre del vendedor o enajenante de sus bienes inmuebles.
Ni el escándalo ni el acuerdo en el DOF fueron suficientes para que Videgaray Caso se cubriera de transparencia. En mayo de 2015, los únicos datos que agregó es que su casa quedó inscrita con la escritura pública 124,696 en el Libro Uno, tomo cincuenta y que valía 7 millones 500,00 pesos. Pero no reveló el nombre del comprador.
En septiembre de 2016, después de reconocer que él había aconsejado recibir a Donald Trump en la entonces residencia oficial de Los Pinos cuando era candidato, presentó su renuncia a la SHyCP. Cuando en mayo de ese año, entregó su declaración final, no incluyó el dato esencial que le hubiera ayudado a dirimir ante los ciudadanos el supuesto conflicto de interés que se le atribuyó: ¿Quién le vendió esa mansión?
Fuera del gobierno estuvo apenas cuatro meses. En enero de 2017, se reintegró como Canciller, en sustitución de Claudia Ruiz Massieu. En la toma de protesta de su nuevo cargo, lanzó una de las frases con las que se le recuerda: “Vengo a aprender”.