Ciencia vs marketing
Para la Asociación Mexicana de Agencias de Inteligencia de Mercado y Opinión Pública AC. (AMAI) y el Colegio de Especialistas en Demoscopía y Encuestas (CEDE), muchas de las firmas que participaron en las elecciones recopilaron datos –realizadas a través de llamadas telefónicas automatizadas o robopoll o por redes sociales como Facebook–, pero consideran que a sus trabajos no pueden llamárseles encuestas y carecen de calidad.
Esto porque la población que es ubicada y entrevistada por esas vías no representa a los ciudadanos que son potenciales votantes, en total 93.5 millones de mexicanos mayores de edad y con credencial para votar, de acuerdo al corte de la Lista Nominal de Electores (LNE), ya que una parte importante no tienen teléfono, Internet o ambos.
Según la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2019, cuyos resultados son los más recientes en la materia, hay 80.6 millones de usuarios de Internet en México, y esa cifra incluye a mexicanos de seis años en adelante. Además 76.6 % de la población usuaria de Internet es urbana y en las zonas rurales la población que lo usa es sólo 47.7%.
La ENDUTIH, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), refleja además que hay 86.5 millones de usuarios de teléfono celular y nueve de cada 10 poseen un teléfono inteligente, incluidos adultos y menores de edad.
Pese a ese volumen de población con ambas o una característica, hay un segmento con Internet y sin línea telefónica o viceversa, por lo que no se puede controlar que una encuesta a través de esos medios sea efectivamente una selección aleatoria, donde cualquiera podría ser entrevistado, si se carece de la posibilidad de ser contactado.
Así, sin una inversión para el levantamiento de entrevistas en domicilio, las encuestas o sondeos vía Internet o nuevas tecnologías, como las robotizadas, son mucho más económicas, y “el cliente cae en el truco de pagar poco por recibir información, pero lo barato sale caro” pues no recibe información cierta para la toma de decisiones, advierte en entrevista Guido Lara, fundador y director ejecutivo de Lexia Insights & Solutions.
“No importa que la entrevista sea cara a cara, lo importante es que sea en hogares, con ellos se puede mapear, construir una muestra representativa y luego una selección aleatoria de quién dentro del hogar, mayor de 18 años y con credencial de elector, opina. Eso facilita más que la muestra sea probabilística”, dice.