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Luis Raúl González: "Al Estado le es más útil una CNDH con autoridad moral"

El extitular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos dice que la institución debe garantizar la defensa de los derechos y la dignidad de las personas, aunque esto incomode al poder.
mié 27 enero 2021 06:30 AM
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Luis Raúl González Pérez fue presidente de la CNDH de noviembre de 2014 a noviembre de 2019.

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) nació para velar por la dignidad humana, y en sus 30 años de existencia en México ha sido útil al Estado porque su función no es confrontar sino combatir los excesos de la autoridad, aunque a veces sea incómoda al poder, asegura su extitular Luis Raúl González Pérez.

Presidente de la CNDH de 2014 a 2019, González Pérez afirma que en tres décadas el organismo ha tenido logros importantes como documentar la masacre de Aguas Blancas, en la que murieron 17 personas y otras más resultaron heridas como consecuencia de una intervención policial, y la ejecución extrajudicial de 22 civiles por elementos de la Policía Federal , durante un operativo antidrogas en mayo de 2015 en Tanhuato, Michoacán.

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En el marco de la propuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador de que secretarías de Estado asuman las facultades de órganos constitucionalmente autónomos, el exfuncionario advierte que la autonomía es la que ha permitido a la CNDH realizar su trabajo sin injerencias.

González Pérez, quien en 2019 decidió no buscar la reelección al frente de la CNDH, reconoce que, en el cumplimiento de su labor, la comisión y los ombudsperson pueden ser incómodos al poder. Sin embargo, sostiene que al Estado le es más útil una institución con autoridad moral y enfocada en la defensa de los derechos humanos.

"La dignidad es lo que nos identifica como seres humanos, y una institución que defiende la dignidad es una institución que le sirve al Estado. Le puede ser útil al Estado que una institución goce de autoridad moral", afirma.

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¿En qué contexto y para qué surge la CNDH?
La historia de la comisión data de los años 90 y surge ante una seria violación a derechos humanos, como era la tortura, que siendo la confesión la reina de las pruebas en aquellos años 90, las policías poco preparadas técnicamente utilizaban este método para tratar de resolver los casos, lo cual afectaba la dignidad de las personas, el debido proceso, y así surge la comisión.

En 30 años de existencia, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos se fue fortaleciendo en el tiempo y fue adquiriendo su autonomía, que se da en 1999, y eso le permitió tener elementos para hacer su trabajo sin presiones de ningún tipo, del orden público, del orden social, del orden privado, sino que su trabajo esté basado únicamente en la integración de un expediente, con debida investigación y con pronunciamientos que buscan resarcir el daño causado.

La comisión tiene dos vertientes principales: una es la prevención a partir de la educación en y para los derechos humanos, y la otra es la promoción y divulgación de los derechos para generar la sensibilización en las autoridades para que respeten el límite de su actuación, para respetar los derechos humanos y, de otro lado, para que la población conozca sus derechos y los pueda exigir. Esa es la tarea a la que se le debe apostar y, por otro lado, que cuando se presenta una violación a derechos humanos se pueda reparar el daño y la responsabilidad para quienes cometieron la violación a estos derechos, y toda vez las satisfacciones correspondientes que puedan devolver esa dignidad.

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¿Una Comisión Nacional de los Derechos Humanos por esencia es incómoda al poder?
Desde luego que una institución como protectora de derechos humanos lo que busca es defender los derechos humanos de las víctimas, lo que busca es que la autoridad se conduzca dentro de los límites de actuación de sus atribuciones.

El ombudsperson entre sus atribuciones tiene siempre velar por esa defensa de la dignidad y, desde luego, no es que sea grato en su actuación si no hay la comprensión para entender su trabajo.

Muchas veces se vuelve incómoda la actuación de las instituciones protectoras de derechos humanos en el mundo, no es privativo de México. Muchas veces no es que las instituciones busquen ser incómodas sí por sí, pero sí defender la dignidad de las personas, defender los derechos de las personas es la atribución que la ley y la Constitución le dan a estos organismos, pues no actuar o no hacerlo defendiendo esta dignidad violentaría uno de los derechos de las personas.

#QuéPasóCon los organismos autónomos como el INAI?

¿Por qué es importante velar por su autonomía?
Es importante que tenga estos criterios. Voy a dar un referente internacional que son los Principios de París. Estos principios se adoptaron alrededor de la ONU por los propios ombudsperson desde 1993 y, desde entonces, los ombudsperson son evaluados, y uno de los elementos de los indicadores de evaluación es la independencia, neutralidad y autonomía que tengan en el ejercicio de sus funciones, legal y práctica.

Cada cinco años se evalúa a los ombudsperson en el mundo, en el seno de las Naciones Unidas, y una de las características es que cuenten con estos atributos sin ánimo de confrontación, de adversidades más que con el ánimo de coadyuvancia, un ombudsperson coadyuvante de la justicia, coadyuvante de la dignidad de las personas, un ombudsperson evita que se violenten los derechos de las personas, busca que haya una cultura de la legalidad y, entonces, esto es coadyuvar con las distintas autoridades de cualquier nivel de gobierno, federal, estatal o municipal, y me parece importante que estos principios se fortalezcan.

Una institución protectora de derechos humanos no es confrontativa, es colaborativa, es coadyuvante, busca ser los ojos de los aparatos de gobierno para que con los señalamientos o recomendaciones puedan corregir lo que se observa.

¿Tiene que existir esta lejanía entre el ombudsperson y el poder?
Yo no hablaría de cercanías o lejanías del poder, simplemente hablaría de volver al principio de que las y los funcionarios deben defender las instituciones protectoras de los derechos humanos, los derechos de las víctimas. Todo servidor público debe cumplir con lo que la ley le establece, y no se trata de estar lejano o cercano al poder, se trata de ejercer las atribuciones que la Constitución y la ley le otorgan a los organismos protectores de derechos humanos aquí y en cualquier parte del mundo, es decir, no choca que se pueda hablar, interactuar, coordinarse con las autoridades, debe haber diálogo y desde luego interacción, pero también firmeza, sí, y pronunciamientos cuando sea necesario.

¿Qué logros identifica en estos 30 años de la CNDH?
La comisión ha representado para miles de víctimas una respuesta a la violación de sus derechos humanos en todas las épocas. En poco más de 30 años, es una institución útil al país; muestra de ello, por ejemplo, recordaremos el caso de Aguas Blancas, ahí está un caso donde se pudo comprobar el exceso en la actuación de autoridades locales en ese entonces en el estado de Guerrero.

Podemos hablar también de otros casos tan importantes más recientes, como el de Tanhuato, Apatzingán".

Recordar casos que tienen que ver con la niñez, recomendaciones relacionadas con personas desaparecidas, son temas que no están totalmente resueltos; lamentablemente, el tema de las desapariciones y la tortura siguen vigentes en México desde hace décadas.

Ahí ha estado la institución precisamente para evitar excesos, está también el caso de Ayotzinapa, que (la recomendación) fue aceptada por las autoridades; son ejemplos donde podemos remitirnos a lo valioso de la actuación de la comisión. También protege a un número importante de personas cuando interpone acciones de inconstitucionalidad. Ahí están los resultados: en una mayoría de casos, la Corte ha dado la razón a la comisión.

Las instituciones son perfectibles; en el caso de la CNDH, ¿qué desafíos enfrenta?
La comisión es evolutiva y es perfectible y siempre habrá tareas qué perfeccionar. Esta ha sido la historia en estos 30 años y debería seguir siendo la historia, y yo soy optimista de que se vaya cada día mejorando la actuación de la comisión, como ha sido desde el día que nació. Estoy convencido de que una institución como esta ayuda al país, ayuda a las y los mexicanos.

Es una institución útil para la defensa de lo más valioso que tenemos los mexicanos: la dignidad, más allá de cualquier circunstancia social, económica y cultural. La dignidad es lo que nos identifica como seres humanos y una institución que defiende la dignidad es una institución que le sirve al Estado. Le puede ser útil al Estado que una institución goce de autoridad moral, que son parte de las características que tienen los ombudsperson.

Nos ponemos en la coadyuvancia, la colaboración y la interlocución con las instituciones que defienden derechos humanos, en la coordinación, pero desde luego, siempre y en favor de las víctimas: ese es el trabajo de los ombudsperson en el mundo.

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