Hace una semana que Eduardo Medina Mora renunció a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) argumentando “causas graves” –hasta ahora desconocidas–, convirtiéndose en un hecho inédito por dos razones:
Es la primera renuncia de un ministro de la Suprema Corte en 25 años; y se trata de un personaje cercano a los gobiernos panistas y priistas, considerados en su momento por el presidente Andrés Manuel López Obrador como "la mafia del poder".
La dimisión de Medina Mora – a quien le quedaban poco más de 10 años en el cargo– sigue dando pauta para que algunos periodistas presenten en sus columnas supuestas “pruebas” de por qué el gobierno federal, a través de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), pudo haberlo orillado a tomar esa decisión.
En su columna "Así ahorcaron a Medina Mora" , publicada este jueves en el diario El Universal, el periodista Mario Maldonado sostiene que la renuncia del también exprocurador General de la República viene acompañada de "amenazas" por parte de la UIF.
“El pasado jueves 3 de octubre, apenas unas horas antes de la renuncia, de la oficina de Santiago Nieto (titular de la UIF) salió el requerimiento (…) con el que se solicitaba a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) incluir en la lista de sujetos bloqueados a 11 personas físicas y morales relacionadas con Eduardo Medina Mora”.
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El periodista afirma que esta lista incluía al hoy exministro y a sus hermanos José y Juan Pablo Medina Mora Icaza, además de empresas ligadas a la familia, como Compulsiones y Asociados.
Lo extraño del asunto, agrega Maldonado, es que el sábado 5 de octubre, una vez aceptada la renuncia en Palacio Nacional, la UIF emitió otro oficio a la CNBV para desbloquear las cuentas de las mismas 11 personas físicas y morales.
El supuesto "amago" de la UIF contra Medina Mora también fue mencionado en la columna "Renuncia o cárcel para ti y tus hermanos" de Carlos Loret de Mola, publicada el 7 de octubre en El Universal.
En ese texto, el periodista refiere que, según "fuentes confiables de los más altos círculos del poder", Eduardo Medina Mora recibió una llamada desde la élite del Ejecutivo federal para advertirle:
"Renuncia a tu asiento en la Suprema Corte o los procesos que se han abierto en la Unidad de Inteligencia Financiera y la Fiscalía General de la República conducirá a tu encarcelamiento y el de tus hermanos".
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"Medina Mora no lo pensó", escribió Loret de Mola, quien tres días antes (el 4 de octubre) contó en su columna "Medina Mora, investigado, saca la bandera blanca" el supuesto "plan" del ahora exministro para evitar procesos en su contra.
Su plan era dejar el cargo para tratar de evitar un proceso legal, y que el presidente López Obrador propusiera a un ministro que le fuera cercano y leal.
Salvador García Soto es otro de los que han aportado información sobre el caso: en junio pasado dio a conocer que la Agencia Criminal del Reino Unido detectó movimientos millonarios en las cuentas de Medina Mora. Sobre el tema, volvió a escribir el 5 de octubre: "el cerco en torno al expresidente Enrique Peña Nieto se va estrechando".
En su texto del periódico El Universal , García Soto enlista a excolaboradores de Peña Nieto que están bajo la lupa del actual gobierno: Emilio Lozoya (contra quien pesan varias órdenes de aprehensión), Rosario Robles (presa desde agosto pasado) y el abogado Juan Collado (preso desde julio).
"Y ahora le inhabilitan al ministro Eduardo Medina Mora, que era el que los ayudaba a procesar todos sus asuntos, juicios y acusaciones en el Poder Judicial federal”, escribió el periodista.
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En el "Templo Mayor" de Reforma –del 4 de octubre– se destaca que en la polémica renuncia del exfuncionario federal "una cosa es segura":
"No renunció por gusto como ministro de la Suprema Corte. No cuando siempre buscó serlo, no cuando le costó tanto trabajo llegar, no cuando le quedaban más de 10 años en el cargo".
Una idea que coincide con la del periodista Juan Ignacio Zavala, quien en su columna "La renuncia" , publicada en El Financiero el 7 de octubre, expresa que resulta difícil entender por qué Medina Mora, "uno de los escasos mexicanos que tenía garantizado un trabajo extraordinariamente pagado para los próximos 10 años", dejó su empleo.
"A fuerza entró, a fuerza salió", escribió Zavala.
En otro párrafo sostiene:
"Por supuesto que el gobierno de AMLO lo tumbó. Pero no fue producto de grillas o maniobras politiqueras. Hasta donde se sabe hay investigaciones muy serias".
