La sociedad civil es uno de los pocos contrapesos: Enrique Cárdenas

Sociedad civil organizada en México

Para él, la aportación más importante que ha hecho este sector de la población para la democracia en México es la transparencia y la corrupción.

Poco a poco se fueron ciudadanizando espacios en los organismos públicos, como el Instituto Nacional Electoral (INE), el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI, antes IFAI) y el Comité de Participación Ciudadana (CPC) del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA).

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Cárdenas decidió competir por la gubernatura de Puebla en la elección extraordinaria tras el accidente donde falleció la gobernadora Martha Érika Alonso, la cual perdió frente a Miguel Ángel Barbosa de Morena. Reconoce que tomó esta decisión por “desesperación” y “frustración”, porque se dio cuenta que si se quiere influir realmente tenía que pasarse “al otro lado”.

“Las organizaciones civiles tienen un límite, pero hay muchas cosas que hay que cambiar”, señala. Considera que el tema del financiamiento es uno de los principales conflictos de la sociedad civil, ya que en algunos casos no es recurrente.

Combate a la corrupción

El académico considera que hay trabas tanto en este gobierno como los anteriores con la transparencia, sólo que en la administración actual se ha lastimado a los órganos autónomos con reducciones a su presupuesto y amenazas. Tal es el caso del INAI, el Coneval e incluso el INEGI.

“En la medida que no se genere información, no tienes con qué trabajar, es un proceso gradual al oscurantismo”, dice al comentar que, sin información, casos como “La Estafa Maestra” –que hoy tiene en jaque a la exsecretaria Rosario Robles– no se habrían presentado.

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El exrector de la Universidad de las Américas-Puebla (UDLAP) asegura que el reto más importante del gobierno actual que quiere acabar con la corrupción es entender que se tiene que “hacer una lucha sistemática” y que no es posible hacerlo solamente con la voluntad de una persona.

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Para él es crucial que se actúe de manera coordinada, porque el país requiere de mucha unidad y esfuerzo conjunto, pero también eliminar los “botines” que se generan cuando alguien gana un cargo público y genera compromisos.

“No es una utopía llegar a eso”, dice. Pero para ello hay que hacer que el sistema funcione y que verdaderamente sea autónoma la Fiscalía y los órganos encargados de impartir justicia.

La sociedad civil contra la corrupción

Cárdenas participa en el libro La sociedad civil vs. la corrupción, con motivo de ese libro recuerda cómo ha sido el avance de la sociedad civil en la lucha contra la corrupción.

Recuerda que corría el año 2015 y un grupo de organizaciones de la sociedad civil cocinaba lo que sería llamado meses después como el SNA. El entonces presidente Enrique Peña Nieto había propuesto desde del inicio de su gobierno crear una Comisión Nacional Anticorrupción para lo que proponía crear un Consejo Nacional de Integridad Pública, que sería presidido por él mismo y contaría con la participación de los gobernadores.

Para representantes de la sociedad civil que desde que se empezaron a gestar las leyes de transparencia estaban metidos en el tema, la propuesta les prendió alarmas porque implicaría que sería una especie de juez y parte, por eso decidieron adoptar entre todos esta tarea.

Algunos se conocían porque estudiaron juntos, trabajaron en el mismo lugar o porque las coincidencias de la vida los conectaron. Todos tenían un fin común.

Personajes como Mauricio Merino, Eduardo Bohórquez, Haydeé Pérez, Lourdes Morales, entre otros, habían empezado a tener reuniones sobre las leyes que acompañarían su propuesta de SNA. En el camino, hubo confrontaciones por la visión que cada uno tenía del marco legal, en particular de la Ley General de Responsabilidades Administrativas, la cual se convirtió en una iniciativa ciudadana conocida como Ley 3 de 3.

Cárdenas llegó a ese grupo a participar como mediador de conflictos y la experiencia fue muy satisfactoria para él. “Transformó mi vida”, señala al asegurar que él estaba más en la academia, pero este proceso lo ayudó a tener más incidencia en la política pública y a conocer más del tema.

El libro relata cómo desde sus trincheras, los responsables de distintas organizaciones fueron impulsando mecanismos enfocados en transparencia y corrupción que poco a poco fueron integrándose en la vida política y social del país. Su versión de cómo sucedieron las cosas fueron recopiladas por Alejandra Lajous.

Algunos de estas figuras de la sociedad civil que pusieron su granito de arena son:

• Federico Reyes Heroles: Fundador de Transparencia Mexicana. Actualmente lidera Impunidad Cero.
• María Marván: fue consejera presidenta del IFE, ahora INE, y comisionada presidenta fundadora del IFAI, ahora INAI.
• Mauricio Merino: exconsejero electoral del IFE, ahora INE y actual coordinador de la Red por la Rendición de Cuentas.
• Eduardo Bohórquez: presidente de Transparencia Mexicana e impulsor de la Ley 3 de 3.
• Jacqueline Peschard: primera presidenta del Comité de Participación Ciudadana.
• Edna Jaime: directora de México Evalúa.
• Haydée Pérez: directora de Fundar, que fue de las primeras organizaciones en revisar el gasto público gracias a la información pública.
• Juan Pardinas: exdirector del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco) e impulsor de la Ley 3 de 3.
• Claudio X. González: presidente de Mexicanos Contra la Corrupción e Impunidad (MCCI).