El resto es ya historia. Arropada por organizaciones civiles y los partidos Acción Nacional (PAN), PRI y de la Revolución Democrática (PRD), recorrió un proceso que concluyó con la postularon a la presidencia por la Coalición Fuerza y Corazón por México.
Desde entonces a la fecha, ha sido mencionada por el presidente López Obrador en diversas ocasiones, tanto ella como los partidos que la respaldan, aunque a veces con los motes “PRIAN”, ”los conservadores”, “neoliberales” y otras expresiones, razón por la cual ya rebasan 30 quejas electorales y litigios ante el TEPJF por injerencia presidencial en la elección.
El 3 de enero pasado, cuando aún había precampañas y no iniciaba oficialmente el proselitimso en pos de los votos, Xóchitl Gálvez acusó que la estructura del gobierno federal “está metida en el proceso” y hay derroche de recursos.
“Hay una elección de Estado. Allá tienen todos los millones, la candidata de Morena es la candidata oligarquía, la candidata de los millonarios”, expresó.
Ajeno a esos señalamientos, el presidente ha mencionado –aunque no por su nombre, o el de su partido– a la candidata de Morena, Claudia Sheinbaum. Primero como “corcholata” para buscar la candidatura presidencial, ha señalado que es honesta y que dará continuidad a su gobierno, lema que de hecho ella usa en su campaña.
Así, han sido cientos de miles de impactos los que ha conseguido con sus frases, en las que el mandatario ha hablado sobre el proceso electoral, tanto a favor, como en contra de las opciones políticas en contienda.
Pese a todo, también a principios de enero López Obrador rechazó señalamientos a su conducta: “me encontré con otros que van igual, que (acusan que) vamos a hacer una ‘elección de Estado’. No, no somos iguales, nosotros no compramos votos, no usamos el presupuesto para favorecer a ningún partido o candidato”.
Sin embargo, toda proporción guardada, las similitudes en procesos electorales de 2006 y 2012 –en que López Obrador fue también candidato presidencial y acusó elección de Estado– con este proceso electoral de 2024, pueden verse en los escritos de queja que en ese entonces presento el PRD, partido por el que el hoy mandatario fue abanderado en las dos elecciones presidenciales pasadas.
“Hay una campaña de odio y mentiras a la cual se sumó aquella realizada por el Poder Ejecutivo Federal en promocionales difundidos en medios de comunicación masiva, en los que se utilizaron los programas de gobierno para llamar a la continuidad en su gobierno y a denostar a la opción política” contraria, expuso en 2006 la Coalición Por el Bien de Todos, que postuló a López Obrador a la presidencia en ese año.
Ese escrito, que hoy podría suscribir la oposición, forma parte del recurso de inconformidad que la coalición obradorista promovió en 2006 ante el TEPJF para solicitar la apertura de todos los paquetes electorales y volver a contar los votos, por supuestas irregularidades e intervención presidencial.
A diferencia de entonces, hoy los promocionales difundidos en medios de comunicación masiva que fueron denunciados ya no existen, pues fue prohibida su compra tras esa elección y sólo pueden emitirse mensajes en radio y televisión en tiempos administrados por el INE.
Esa restricción la impulsó López Obrador y quedó en la Constitución en la reforma electoral de 2007-2008.
Pero ahora, en sustitución a esa campaña masiva que él acusó hace 13 años, las múltiples menciones político-electorales del presidente un día sí y otro también, ocurren gracias a sus conferencias mañaneras y expresiones en eventos y giras, en las que mantiene sus mensajes con el argumento de "libertad de expresión" y "derecho de réplica" a lo que expresan los contendientes en la elección.
Y esos mensajes cuentan con difusión prácticamente en cadena nacional, más millones de impactos en redes sociales.
Hoy, además, con el agregado de que las mañaneras, según han resuelto tribunales electorales en algunos de sus criterios, son propaganda gubernamental, y por tanto en esa difusión masiva de mensajes se acredita no solamente que sí hay al menos un servidor público involucrado en tareas electorales (el presidente), sino que se usan recursos públicos incuantificables.
Esa misma situación de uso de instituciones públicas y recursos públicos ocurrió con la difusión de La Hora Nacional en por lo menos cuatro emisiones, en que en más de 1,700 radiodifusoras encadenadas en transmisión en todo el territorio mexicano difundieron mensajes a favor de la candidata de la Coalición Seguimos Haciendo Historia, Claudia Sheinbaum, al “aclarar” supuesta información falsa sobre ella.