La candidata asegura que arrebatará al panismo ese bastión y que ese triunfo será “por 5 puntos arriba”, por lo que no ve en el horizonte un conflicto poselectoral:
“Yo veo un triunfo contundente, aún así, sí puede ser la otra opción, pues vamos a defender nuestro triunfo. Vamos a ganar seis de seis (elecciones en disputa) y después de eso ganaremos en el 2023”, las otras elecciones estatales y de ahí para en el 2024 consolidar, dice optimista.
La tercera... ¿será la vencida?
Maestra normalista y abogada de izquierda, Ruvalcaba inició su lucha política en el Partido de la Revolución Democrática (PRD), con el que buscó por primera vez la gubernatura, en 2010, y quedó en tercer sitio (4.36%). En 2016, ya con Morena, fue a su segunda contienda para quedar en cuarto sitio (3.18%), con 4 mil votos menos.
Pero de las tres contiendas que ha librado, esta es la ocasión que logró despuntar y ser competitiva, frente a la alianza del Partido Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática, y su abanderada Teresa Jiménez.
Y aunque no logró cuajar en su apoyo una coalición junto con el Partido del Trabajo y Partido Verde (PVEM), aliados morenistas a nivel nacional, y que postularon a la expanista Martha Márquez para hacerle frente, asegura que ahora sí va a ganar.
Las encuestas dan ventaja a su adversaria, de entre 16 y hasta 27 puntos arriba, pero, acusa Ruvalcaba, son sondeos “comprados” sobre todo a nivel local, y difunde en Twitter una que atribuye a Demoscopía digital, según la cual ella ya habría rebasado en intención del voto a su oponente, aunque ligeramente, 40.9 contra 39.2 del PAN.
Esto ocurre porque hay personas que por temor en su trabajo “no se atreven aún a decir que van a votar por Morena”, asegura y ese apoyo se verá en las urnas.
Voto no confesado será para Morena
En entrevista, Ruvalcaba ubica el punto de quiebre de su elección hace 15 días.
“Cuando inició la precampaña, nosotros teníamos una diferencia enorme, pero conforme íbamos haciendo campaña íbamos subiendo en la preferencia electoral y ella (Jiménez), conforme no hacía campaña y se iban descubriendo todos sus actos de corrupción en la presidencia municipal, hace dos semanas, concretamente en el primer debate, fue cuando se dio el cruce”, asegura.
Y es que emprendió una campaña para denunciar el fracaso de un parque fotovoltaico construido cuando la panista fue alcaldesa de Aguascalientes, por lo que se endeudó a este por 30 años y no produce energía.
“Ahora se conocen sus actos de corrupción, por eso se ganó el repudio en sus compañeros de partido y de la gente que no quiere eso para Aguascalientes”, destaca.
Recuerda que su adversaria “fue conocida junto con su novio Alberto Villarreal (exdiputado del PAN) por los moches”, práctica que consistía en asignar desde la Cámara de Diputados presupuesto para que los legisladores hicieran obras en estados y municipios “pero tenían que pagar moche respectivo y contratar a las empresas que ellos decían”.
Suma a eso que en la entidad “hay muchos panistas y muchos priístas que no están conformes con la candidatura que les impusieron” para ir coaligados PRI, PAN y PRD.