Campeones en inactividad
La 64 Legislatura se perfila como la de mayor rezago, como demuestran los acuerdos de “limpieza legislativa” que se aplican cada vez que se renueva la integración camaral.
Según datos de San Lázaro, el 30 de abril de 2013 se decidió desechar 372 iniciativas que estaban pendientes de la 57 a la 60 Legislatura (que abarcaron de 1997 a 2009) y no tenían dictamen o el plazo para dictaminar había precluido. En abril de 2015, meses antes de que concluyera la 62 Legislatura, se declararon precluidas 474 iniciativas no dictaminadas, mismas que fueron archivadas como asuntos definitivamente concluidos.
Casi al inicio de la actual legislatura, el 18 octubre de 2018, se decidió que las iniciativas de la 62 y 63 Legislaturas (que juntas abarcaron de los años 2012 a 2017) y que sumaron 3,582 no dictaminadas o con plazo vencido para ello, se declararan archivadas y definitivamente concluidas.
En 2019, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) estableció en el informe de resultados de la Fiscalización Superior de la Cuenta Pública 2018, que en la operación de las Legislaturas 62 y 63 (2012- 2018) se generaron en San Lázaro 9,715 iniciativas de reformas o nuevas leyes, pero al final sólo 545, que representan 5.6 %, fueron dictaminadas, aprobadas y promulgadas.
En cambio 6,353 iniciativas presentadas en esos seis años se fueron a la basura “con la finalidad de abatir el rezago legislativo” y lo mismo 3,314 proposiciones con punto de acuerdo.
Eso significó que se cancelaran el 65% del total de asuntos que habían sido turnados a las Comisiones por exceder el plazo para su dictamen, determinó la ASF al realizar un estudio al trabajo legislativo de la Cámara de Diputados.
Con esto, el órgano auditor concluyó que las comisiones ordinarias de la Cámara baja carecen de “controles que permitan minimizar el rezago y atender los asuntos que les fueron turnados en los plazos establecidos”.