En términos generales, las sesiones del Pleno tuvieron menor duración en ambas cámaras: en Diputados, el tiempo promedio de sesiones solo bajó de 4 horas 43 minutos a 4 horas 40 minutos, pero en el Senado pasaron de 5 horas 3 minutos a 4 horas 41 minutos.
En cuanto a la asistencia a sesiones de periodo ordinario, esta fue de 82.8% en Diputados y del 98% en el Senado, siendo los legisladores de Morena los de más alto nivel de asistencia a las votaciones nominales plenarias.
Las reuniones de las comisiones también vieron una reducción con respecto al primer año: en la Cámara de Diputados se realizaron sólo 331 sesiones, una pérdida de 99 si se compara con las 430 del primer año; de las 331 registradas 165 fueron virtuales (en promedio 7.3 por cada comisión; en el primer año fueron 9.5). En el Senado, se registraron 484 reuniones de comisión en el primer año, y para el segundo fueron únicamente 258 reuniones, una pérdida de 226 sesiones.
Destaca que, a diferencia de la Cámara de Diputados, ninguna comisión ordinaria del Senado llevó a cabo alguna sesión virtual.
Las iniciativas
El Buró Parlamentario registró que, desde el 11 de febrero, la Cámara de Diputados y el Senado comenzaron a legislar temas relacionados con el COVID-19.
Desde ese día y hasta el 30 de mayo, los diputados presentaron alrededor de 1,202 iniciativas de ley, de las cuales 156 se relacionaron, por ejemplo, con la protección del personal médico y los ajustes que debería realizar la Administración Pública Federal; así como 1,055 proposiciones con punto de acuerdo sobre la pandemia, de los cuales 413 fueron extrañamientos al Poder Ejecutivo.