Las alcaldías nacieron la Constitución Política de la Ciudad de México como "órganos político administrativos que se integran por un alcalde o alcaldesa y un concejo, electos por votación universal, libre, secreta y directa para un periodo de tres años".
La reforma cambió la estructura política y administrativa de las 16 demarcaciones territoriales, estableciendo funciones como la gestión de servicios públicos, obra pública, desarrollo urbano y participación social, y dotó a las alcaldías de personalidad jurídica y autonomía con respecto a su administración y al ejercicio de su presupuesto, lo que no se ha cumplido al pie de la letra.
"Permiso hasta para salir a barrer"
Mauricio Tabe, alcalde de Miguel Hidalgo desde 2021, reelecto en su demarcación en 2024, considera que realmente no se completó la aspiración de reforma política para dar autonomía a las alcaldías porque todavía hay que pedir muchos permisos al Gobierno de la ciudad para poder tomar decisiones que afectan o benefician a los vecinos.
Por ejemplo, señala que las alcaldías deben solicitar al Gobierno central autorización para contratar obra pública y servicios hasta para la compra de celulares y computadoras para el personal.
Tienen a las alcaldías es una camisa de fuerza para tomar decisiones, con todo y que la relación con el Gobierno de la ciudad actualmente es buena, no deberíamos estar sujetos a pedir permiso hasta para salir a barrer.
Mauricio Tabe, alcalde de Miguel Hidalgo
O en el caso de la seguridad, la alcaldía destina el 25% de su presupuesto (alrededor de 200 millones de pesos) para la instalación de centros de monitoreo, la contratación de policías y la renta de patrullas, sin embargo, estos vehículos deben ir con el balizado del Gobierno central.
“Pareciera para la gente que quien hace las cosas es el Gobierno de la ciudad, con los recursos de la alcaldía”, comenta Tabe.
Otro ejemplo de cómo las alcaldías dependen del Gobierno central en diversos rubros, es la Ley del Derecho al Bienestar e Igualdad Social para la Ciudad de México aprobada en 2024, a la que el gobierno de Miguel Hidalgo se opone por considerar que centraliza los programas sociales, por lo que interpuso una controversia constitucional ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
“Cuestiono este centralismo asfixiante, esta forma de desgastar a la administración y de tener control sobre las alcaldías que sí deberíamos tener autonomía de gestión y financiera porque fuimos electos por la gente, no somos empleados del Gobierno de la ciudad”, señala el alcalde de Miguel Hidalgo.
Para Tabe, estas restricciones y centralización de las funciones de gobierno afectan la eficacia con la cual el gobierno de una alcaldía puede dar respuesta a sus ciudadanos.
“Retrasa mucho la administración pública, retrasa las decisiones, aumenta los costos porque cada solicitud de autorización son muchos oficios, mucha espera. Hay reglas que tenemos que cambiar entre el Gobierno de la ciudad y las alcaldías”, considera el alcalde panista.