Gonzalo Peón, director de ITDP en México, ve a la F1 no solo como la principal competencia internacional de automovilismo, también como un ejemplo de la priorización de la seguridad vial.
"Varias tecnologías empezaron en la pista de carreras y luego se popularizaron, el ejemplo clásico es el cinturón de seguridad, que primero fue usado en competencias. No fue un cambio solo cultural, fueron campañas de comunicación y aplicación de la ley.
“Los cascos también se desarrollaron en primer lugar para las competencias y ahora han permeado”, explica el representante de ITDP.
El uso de cascos certificados reduce en hasta en un 40% la muerte de motociclistas en hechos de tránsito, afirma.
Hasta ahora el uso de casco certificado se exige solo en el Reglamento de Tránsito de dos entidades: Ciudad de México y Jalisco. Sin embargo, se busca avanzar hacia este objetivo en cuatro entidades más en el corto plazo: Sinaloa, Baja California Norte, Chiapas y en especial el Estado de México.
"Queremos que el Estado de México también reforme su Reglamento de Tránsito para poder pasar del casco ‘quitamultas’ al casco salva vidas, además de que en el Estado de México hay muchísimas personas que fallecen por siniestros viales”, dice a Expansión Política.
Peón destaca que en los tres años desde su lanzamiento se ha logrado, en colaboración con marcas como Italika –uno de los principales fabricantes de motocicletas y accesorios en México– el ofrecer cascos certificados a precios más accesibles.
“Trabajamos con empresas como Italika, la principal empresa que vende motocicletas en México, y hoy en día ya tienen cascos certificados de entre 800 y 1,200 pesos si reciben un bono en el proceso de venta”, indica.