Estamos en 2025, un año crítico en definiciones y acciones, tanto para nuestro país como para el mundo entero. Y no es un periodo normal o exento de emociones, en particular porque con la llegada del Sr. Trump todo ha cambiado en tan solo unos días. Dicho lo anterior hay que revisar entre el ruido proveniente de Washington, lo que es ficción y lo que es realidad. Las herramientas tradicionales de medición no funcionan bien en esta época.
#ColumnaInvitada | Para que la cuña apriete
Es un hecho que estamos viendo y descubriendo en el curso del inicio del segundo periodo presidencial del Sr. Trump una cantidad de decisiones de enorme peso y consecuencias. Parte del proceso actual es comprender que en este caso estamos frente a un caso en el que mucho de lo que se ha venido diciendo va a desembocar en acciones, contrario a lo que sucede en la teoría clásica de campañas electorales en que al llegar al puesto muchas de las promesas se desvanecen. Por tal circunstancia, en este caso no es solamente relevante lo dicho, sino advertir que muchas de las ideas (varias estrafalarias en su concepto) sí se materializarán.
Aunque cueste trabajo comprenderlo, hoy debemos volver a estudiar la guía de gobiernos populistas autoritarios, misma que se observó y constituye la repetición de errores históricos como los de los fascismos del siglo XX. Una parte esencial de tales estructuras populistas consiste en generar nociones de problemas inexistentes y soluciones simplistas. Es un tema de narrativa y de engaño. Algo que nos debe sonar y resonar a los mexicanos porque ya llevamos más de seis años con dicha nociva dinámica.
Pero ahora nos encontramos con que en esta segunda etapa, el Sr. Trump viene recargado y con ganas de dejar huella y hacer daño. Ahora Trump parte de una lógica de intimidación en que quiere que los que él considera sus adversarios se dobleguen. Y en ese rol de posibles escenarios, México ha sido colocado como un enemigo que causa daños y que tiene que pagar precio si quiere seguir ligado a los Estados Unidos. Al más puro estilo de los extremos de intimidación, lo que el Sr. Trump pretende hacer es generar literalmente un escenario binario de llegar a acuerdos o ser atropellados.
Pero todo esto era previsible. Desde la campaña, luego en la votación, y posteriormente en el proceso para llegar a su toma de posesión, el Sr. Trump fue bastante evidente sobre lo que pretendía hacer. En todos estos periodos y fases hasta llegar al inicio de Trump como el Presidente 47 de Estados Unidos, lo cierto es que el gobierno mexicano ha sido omiso hasta el cansancio. Una pasividad inexplicable e irresponsable. Un reflejo directo de las carencias de equipos preparados y talento para la tormenta que ya se veía en el horizonte y que se ignoró como si no existiera. Y esto no es gratuito.
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Hagamos las cuentas. El gobierno inmediato anterior de Morena en México se dedicó a destruir capacidades institucionales de toda índole. En el campo de las estructuras internacionales, procedió a reducir la participación del cuerpo diplomático formal, a cancelar toda la edificación de Pro México, rescindió los servicios de todos los asesores externos y cabilderos, e incluso cerraron la representación en Washington de la Secretaría de Economía. Con capacidades totalmente diezmadas, el actual gobierno se enfrenta a un reto formidable. Quizá la negociación comercial e internacional de mayor complejidad de las últimas décadas con las menores capacidades jamás registradas. Una coyuntura muy delicada y de gran preocupación.
Como si lo anterior no fuera suficiente, un tema que sobresale por sus implicaciones de gran calado lo constituye la reciente declaración del Sr. Trump que hace de las organizaciones delincuenciales ya definidas como terroristas. Las implicaciones de dicha caracterización son de enorme relevancia porque atañe a cualquier persona que toque a los delincuentes – bancos, empresas, servidores públicos, etc. Cualquier tipo de vínculo (intencional o no) genera consecuencias de responsabilidad administrativa y penal y, por lo tanto, autoriza a las instituciones de procuración de justicia en los Estados Unidos a perseguirlos y sancionarlos donde estén. Incluso para ir por su patrimonio y afectar a sus negocios y familias.
Por ello un tema innegable es que en los antecedentes operativos y actuales de Morena, los vínculos con la delincuencia organizada son más que evidentes. Sus nexos fueron originalmente sustentados en metas electorales, pero evolucionaron a la complicidad en generar muchos negocios en que el dinero cegó las capacidades institucionales y propició en los hechos la entrega real del país a las bandas que fondearon a Morena para habilitar su crecimiento meteórico en las boletas electorales. El negocio fue real y visible. Pero trascendió a problemas que hoy impactan la imagen en el exterior, y en particular temas como fentanilo, lo que ha provocado que en los Estados Unidos ya no estén dispuestos a mirar al otro lado de lo que pasa en México.
Todos los funcionarios que han venido siendo cómplices de la delincuencia hoy se encuentran contra la pared ante lo que les puede pasar por los efectos extraterritoriales de haber tenido y mantenido contactos con la delincuencia organizada. El caso de Cienfuegos ahora se puede replicar con muchas más personas a todos los niveles de gobierno. Incluso el Presidente inmediato anterior ya está en riesgo de ser investigado, procesado y puesto en prisión, como le sucedió recientemente a un ex Presidente de Honduras. Se acabaron la fiesta y las simulaciones.
Hablando de lo que ha venido diciendo recientemente la Presidenta Sheinbaum, la verdadera traición al país ha sido el haber entregado el mismo a la delincuencia organizada, no el que haya opiniones distintas a lo que dice su gobierno. Es por ello inviable que se pida desde el gobierno morenista unidad cuando se han encargado de dividir y separar a la nación entera.
También hay que destacar que la amenaza de la posible imposición de aranceles ya no va sobre la lógica de globalización y eficiencia. Ahora se trata de estar en una nueva etapa de proteccionismo, darle por su lado a sectores electorales, y salirse de influencias externas. Debemos entender que el Sr. Trump opera bajo una lógica totalmente distinta. Para salir bien librado hay que estar claros en un tema central, la verdadera batalla es contra China. Pero para México eso representa un enorme reto institucional. México debe saberse colocar en una situación de aliado y no enemigo.
Trump va a exigir cambios en serio. O lo hacemos o nos los impondrán y tienen el proceso de revisión de T-MEC como acicate. Como lo dijimos, México ha destruido la capacidad de gestión gubernamental. Bajo criterios ideológicos no tenemos capacidad para entrarle en serio a los temas de negociación T-MEC bajo Trump 2.0. Por ello Sheinbaum va a tener que entrar en revisión seria de lo que implica su condición ideológica en temas centrales como: seguridad (abrazos), reforma judicial, y control fronterizo. No parece ser lógico seguir supeditados a los caprichos del gobierno previo. O se trabaja en definiciones y contrastes con lo que heredó, o nos pasan encima los americanos.
El empoderamiento de la delincuencia organizada ya raya en los extremos. Estados Unidos exige con razón que no se siga apoyando a los enemigos del país. Las omisiones del gobierno de Sheinbaum son ya críticas. No tenemos equipos de manejo sofisticado para las negociaciones. Ni siquiera tenemos un real Embajador en Washington. Así las cosas, lo que ya sabemos hoy en día es que para que la cuña apriete debe ser del mismo palo. La realidad es que con un populista como el Sr. Trump al gobierno de la 4T ahora sí le llegó la horma de su zapato.
P.D.1. Seguir pretendiendo sostener los caprichos del gobierno anterior está pasando una factura brutal al actual gobierno. Las erogaciones y subsidios que suponen la operación del AIFA, Mexicana, Tren Maya, Dos Bocas y similares están rompiendo las finanzas públicas, amenazando seguir erosionando los temas de mayor relevancia para la población como son seguridad, justicia, educación, salud, medio ambiente, trabajo, etc.
P.D.2. La reforma judicial sigue la ruta de enormes peripecias, absurdos y desastre acumulado. Aún hay tiempo para que Morena desista en la estupidez que va a generar con la devastación de los juzgadores que llegarán por una vía sin mérito y con la cooptación por grupos de poder, incluyendo las bandas delincuenciales. Los reclamos desde el exterior, incluyendo ahora los EUA serán incesantes. Tétrico por donde se le vea.
P.D.3. El comportamiento del Tribunal Electoral sigue escribiendo páginas nefastas sobre el devenir del país. En su momento hicieron el papelón de avalar la ilegítima e inconstitucional sobre-representación en la Cámara de Diputados. Y ahora se despachan en desconocer suspensiones judiciales para impulsar a como dé lugar la inviable reforma judicial. Sus resoluciones son de pena ajena. Su servilismo al gobierno de Morena es repugnante.
P.D.4. El sostenimiento del Gobernador Rocha es una tragedia de mil formas. La situación es insostenible y el gobierno federal de Morena está jugando con fuego. No romper con los vínculos delincuenciales ya está haciendo patente que el pueblo simplemente se revele en forma visible. Si no viene un cambio pronto vamos a ver pronto una revuelta social.
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Notas del editor: Juan Francisco Torres Landa es miembro del Consejo Directivo de UNE México y de la red de Unid@s. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.