Para lograrlo, la Dra. Sheinbaum incluyó en su plataforma de campaña, “100 Pasos para la Transformación”, propuestas en materia de salud en 13 de los 100 pasos, y en 8 de los 15 ejes que la integran.
En las prioridades de política pública, el enfoque se da en estrategias multisectoriales de prevención, cambios de estilo de vida, autocuidado, vacunación al 100% y diagnóstico oportuno en el primer nivel de atención; abarca salud mental, bucal, visual, adicciones, enfermedades infecciosas y de transmisión sexual. En enfermedades no transmisibles se fijan métricas para el control de diabetes, hipertensión y falla renal. Se promueve la atención domiciliaria, aumento de infraestructura y de horarios en unidades médicas.
Se consideran estrategias para grupos poblacionales: primeros mil días de vida, mujeres en toda su línea de vida, poblaciones de la diversidad sexual, jornaleros agrícolas, migrantes y población indígena, reconociendo la medicina tradicional.
En el plano organizacional, retomarían su papel rector el Consejo de Salubridad General y la Secretaría de Salud. Se mantiene el objetivo de integración de los subsistemas públicos de salud, empezando por el IMSS Bienestar para la población sin seguridad social y el IMSS “ordinario” para quienes la tienen. El IMSS Bienestar seguirá centralizando facultades y recursos para administrar los 23 servicios estatales adheridos voluntariamente. Se espera que se sumen Yucatán, Coahuila, Durango e incluso Aguascalientes. Los estados no adheridos preservarán autonomía en su política sanitaria.
Ambas instituciones compartirán ciertos sistemas de información y hasta la experiencia de funcionarios que han transitado recientemente de una institución a otra. Con la incorporación del ISSSTE a la homologación gradual de procesos y el intercambio de servicios, como lo establece la plataforma, se avanzaría hacia la integración total, un objetivo perseguido en las últimas décadas.
La plataforma señala la importancia de vincular al sector privado como parte del modelo de salud pública. Será fundamental el trabajo coordinado con todos los actores, incluidos la sociedad civil y la academia.
Entre los habilitadores para lograr los objetivos resalta el diseño de estrategias de inversión a partir del análisis de datos epidemiológicos que estimen el impacto de enfermedades en la población. Destaca también la formación, contratación y mejora de salarios del personal médico, el rol de enfermería y la construcción de un sistema de cuidados.