Las niñas, niños y adolescentes (NNA) que utilizan redes sociales tienen tasas más altas de ansiedad y depresión, en comparación con aquellos que no son usuarios. Esto lo reveló un Informe Especial del Departamento de Salud e Higiene Mental de la ciudad de Nueva York . En este mismo informe se señala que una abrumadora mayoría de los padres y madres de familia cree que los gobiernos deben imponer restricciones legales a los accesos de las NNA a las plataformas digitales.
Impacto de las redes sociales en la salud mental de niñas, niños y adolescentes
El reconocimiento de capacidades e intereses de menores debe hacerse teniendo en mente la urgencia de contar con un plan de acción que privilegie la salud mental, la integridad y la privacidad.
@bl_ibarra
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En junio de 2024, el estado de Nueva York se convirtió en la primera entidad de los Estados Unidos de América en aprobar una legislación encaminada a regular los algoritmos de las redes sociales. Mediante las normativas “ Safe for Kids Act” y “New York Child Data Protection Act ” se exigirá a las plataformas de redes sociales que restrinjan los algoritmos adictivos entre NNA, así como el tratamiento (recopilación, uso, transferencia o venta) de datos personales de usuarios menores de edad sin el consentimiento informado de padres y madres de familia.
Esta legislación es necesaria para mitigar los efectos nocivos y los riesgos que suponen la interacción y uso de las redes sociales para la integridad, la salud mental y la privacidad de las NNA. Asimismo, se advierte la relevancia de estas normativas para establecer un nuevo estándar para la seguridad en línea de este sector de la población, mediante la sensibilización, para crear hábitos digitales más saludables y controles mucho más estrictos para las plataformas.
Las voces críticas a estas legislaciones argumentan que se podrían vulnerar los derechos y libertades de las NNA, por ejemplo, su libertad de expresión y su acceso a la información. Al mismo tiempo, se ha puesto sobre la mesa que este tipo de intervenciones legislativas a las plataformas podrían suponer mayores riesgos, pues, afirman, los sistemas de verificación de edad también harán uso del tratamiento de datos personales de las y los menores.
Algunas plataformas han manifestado que estos controles legales son inconstitucionales y que podrían tener efectos adversos en quienes se busca proteger, pues, según indican, se limitaría su capacidad para seleccionar los contenidos digitales. Las empresas de redes sociales podrían interponer recursos judiciales para impugnar o detener la puesta en marcha de estas medidas, tal como se ha hecho con otras legislaciones estatales de los Estados Unidos de América.
Me parece importante subrayar el espíritu legislativo que busca salvaguardar a las NNA de los riesgos y efectos nocivos para su integridad, su identidad y su seguridad en las plataformas. Las y los menores son expuestos a contenidos inadecuados en la red, a desinformación sobre la salud y el entorno, a los discursos de odio, a conductas violentas o delictivas como el ciberacoso, a retos virales que los ponen en riesgo inminente, a la difamación, extorsión, fraudes, robo de identidad, acoso y abuso sexual en línea e, incluso, hasta delitos globales como la trata de personas.
Considero que estos esfuerzos desde el Poder Legislativo deben acompañarse con medidas de socialización y la implementación de acciones concretas que involucren a todas las partes interesadas: familias, autoridades, personal docente, medios de comunicación, empresas de redes sociales y de la sociedad en general.
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En primer término, como se ha impulsado desde organismos internacionales como la UNICEF, la UNESCO y la Organización Mundial de la Salud, estas acciones concretas deben reconocer la capacidad de las NNA e involucrarlos en la construcción de medidas para asegurar su navegación segura. Resulta oportuno continuar impulsando la alfabetización mediática e informativa, así como la sensibilización y educación en la protección de los datos personales y la privacidad. Será esencial que todas las partes, incluida la población objetivo, tengan los insumos para participar en la elaboración de medidas informadas.
Cualquier medida tomada debe tener como prioridad el pleno ejercicio de los derechos humanos, las libertades y derechos digitales de las NNA, así como su autonomía, conocimiento y su autodeterminación informativa, esto es, su poder decisión sobre el control de su información personal y los datos derivados de su navegación en línea. El reconocimiento de las capacidades y los intereses de las y los menores debe hacerse teniendo en mente la urgencia de contar con un plan de acción que privilegie la salud mental, la integridad y la privacidad de las y los menores edad en el aprovechamiento de las tecnologías.
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Nota del editor: Las opiniones de este artículo son responsabilidad única de la autora.
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