Después del contundente triunfo de Claudia Sheinbaum y Morena en las elecciones del 2 de junio, la discusión pública se ha centrado principalmente en cuáles serán las políticas o reformas que impulsará la virtual presidenta electa y en aquellos perfiles que encabezarán su implementación a partir del primero de octubre.
#ColumnaInvitada | Los retos y oportunidades del nuevo gobierno en salud
La salud emerge como un pilar fundamental para el futuro del país, al ser un eje transversal para el desarrollo y el bienestar de la población.
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En el sector salud, estas interrogantes son igualmente relevantes, ya que éste ha experimentado numerosas reformas en los últimos cinco años y México aún no cuenta con un sistema de salud lo suficientemente consolidado. Sin embargo, es importante destacar que, aunque los errores y las desafortunadas consecuencias del actual gobierno han sido objeto de múltiples debates en los últimos meses, ahora resulta crucial avanzar y enfocarse en lo que vendrá en materia de salud para los próximos seis años.
En esta coyuntura, la salud emerge como un pilar fundamental para el futuro del país, al ser un eje transversal para el desarrollo y el bienestar de la población. Sin embargo, podría representar uno de los desafíos principales para la próxima administración.
Por ello, a finales del mes de junio Claudia Sheinbaum dio la encomienda al Dr. David Kershenobich de encabezar la Secretaría de Salud debido a su amplia trayectoria como médico, en la que se ha destacado como titular del Consejo de Salubridad General (CSG), y por su liderazgo durante una década al frente de la dirección general del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición "Salvador Zubirán". Su perfil es bien recibido en los sectores público y privado, donde es visto como una persona institucional, abierta al diálogo y con vasta experiencia.
Cabe destacar que antes de su designación, el Dr. Kershenobich colaboró en la definición de las políticas públicas en materia de salud del próximo sexenio, a través de la coordinación del eje de salud en la iniciativa “Diálogos por la Transformación”, lo cual resultó en el proyecto “República Sana”, que contempla diez ejes prioritarios enfocados principalmente en dar continuidad a la actual centralización del sistema nacional de salud.
El proyecto de Sheinbaum y Kershenobich abarca diversos aspectos cruciales y pendientes del sistema de salud, como la mejora en la infraestructura y la cobertura, los esfuerzos de prevención y diagnóstico temprano, retomar los esquemas de vacunación, el fortalecimiento de la educación médica y los recursos humanos, así como la promoción de la digitalización y la gobernanza en el sistema de salud. No obstante, persisten dudas sobre cómo se llevará a cabo su implementación y sobre la factibilidad presupuestaria del proyecto, lo que a la larga podría limitar la viabilidad y efectividad de las medidas propuestas.
Hasta el momento, el proyecto de Claudia Sheinbaum no ha abordado problemas que son imprescindibles para el adecuado funcionamiento del sistema de salud. Entre ellos se incluyen la necesidad de contar con más recursos y asegurar su ejercicio oportuno debido a que tan sólo para 2024 el gasto en salud fue de poco más de 989 millones de pesos, lo cual representó únicamente el 2.9% del PIB. De igual manera, de acuerdo con datos del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP), se estima que los recursos adicionales que requeriría el gobierno federal para lograr igualar el gasto per cápita entre la población sin seguridad social y las instituciones de salud ascienden a más de 232 miles de millones de pesos.
Además de la necesidad de mayores recursos, hay otros puntos críticos que este proyecto también omite. Entre ellos se encuentran el acceso a la atención a padecimientos de tercer nivel, la actualización y la suficiencia de la legislación y las normativas, y la importancia de establecer canales de comunicación transparentes y efectivos entre el sector salud, las instituciones de salud, los responsables de la toma de decisiones, la sociedad civil y la población en general.
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En este sentido, resulta evidente que el nuevo secretario de salud no sólo enfrentará los retos inherentes al complejo sistema de salud de nuestro país, sino que también tendrá frente a él a una secretaría de Salud que en los últimos años ha sido desmantelada y ha carecido de protagonismo en la delineación y ejecución de las políticas en materia de salud, lo que ha resultado en un sistema aún más fragmentado en términos de facultades e instituciones.
El actual contexto demanda un liderazgo sólido y estratégico que revitalice el papel de la Secretaría, alinee las necesidades e intereses de los distintos actores del sector y retome su función rectora en materia de salubridad general. Por ello, es necesario que el Dr. Kershenobich sea una figura con mayor presencia en el escenario público y dentro del sector salud, que promueva la creación de consensos para lograr la consolidación de un frente común con los sectores público, privado y social para enfrentar los desafíos actuales y fortalecer el sistema de salud en su totalidad.
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Nota del editor: Karla Suárez (@KarlaSC21) y Daniela Granillo (@dani_granillo) son consultoras especializadas en el sector salud en Integralia (Integralia_MX). Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente a las autoras.
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