Ante los pésimos resultados de la dirigencia nacional se ha venido construyendo un movimiento opositor al interior del PRI que habrá que ver qué tanta fuerza tiene ante el amplio control que tiene Moreno de los órganos de decisión partidista. Por lo pronto, no pudo hacer nada para impedir la celebración de la Asamblea Nacional y la aprobación de la institucionalización de la reelección en el partido que nació, justamente, con la idea de combatirla.
El movimiento diagnostica que el PRI “es ahora un partido seriamente debilitado que debe repensarse, recomponerse o refundarse”. Se trata de figuras ciertamente reconocidas, pero que tampoco representan, ni de cerca, un rocío de frescura para el partido.
Destacan los ex presidentes nacionales Dulce María Sauri Riancho, Pedro Joaquín Coldwell, José Antonio González Fernández y Enrique Ochoa Reza. Otros personajes como el excandidato presidencial Francisco Labastida Ochoa y el precandidato presidencial por la alianza opositora Enrique de la Madrid Cordero.
Así como un grupo importante de ex gobernadores: Guillermo Mercado Romero (Baja California Sur), José Antonio González Curi (Campeche), Fernando Baeza Meléndez y José Reyes Baeza (Chihuahua), Enrique Martínez y Martínez (Coahuila), Arturo Montiel Rojas (Estado de México), Manuel Ángel Núñez Soto (Hidalgo), Víctor Tinoco Rubí (Michoacán), Rigoberto Ochoa Zaragoza (Nayarit), Miguel Borge Martín (Quintana Roo), Armando López Nogales (Sonora) y tres de Nuevo León: José Natividad González Parás, Benjamín Clariond Reyes y Sócrates Rizo García. Apenas un puñado, ciertamente, de la larga lista de ex mandatarios priistas.
Además, hay cuatro grupos o corrientes: Alianza Generacional de José Ramón Martell López, Plataforma PRI de Fernando Lerdo de Tejada, Movimiento Líder de José Encarnación Alfaro Cázares y Alianza Nacional Revolucionaria del general Jesús Esquinca Gurrusquieta.
El PRI vive un momento de reacomodos y de discusión sobre cómo debe reconfigurarse tras una derrota tan aplastante como la del pasado 2 de junio. Lo cierto es que, hasta el momento, el priismo está retrasando y fallando en su inexcusable cuarta transformación.
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Nota del editor: Javier Rosiles Salas ( @Javier_Rosiles ) es politólogo. Doctor en Procesos Políticos. Profesor e investigador en la UCEMICH. Especialista en partidos políticos, elecciones y política gubernamental. Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.