Es nieto del presidente Lázaro Cárdenas del Río, quien es una figura emblemática de la historia mexicana y un ícono de la izquierda por sus políticas progresistas, como la nacionalización del petróleo y la reforma agraria.
Cárdenas Batel ha tenido una vasta carrera política, incluyendo su tiempo como gobernador de Michoacán (2002-2008). Durante su mandato promovió políticas sociales que fueron aplaudidas en su momento por el presidente López Obrador, lo que le significó apegarse a él como colaborador muy cercano.
Ha sido una figura influyente en el moribundo Partido de la Revolución Democrática (PRD), su participación ayudó a equilibrar a tribus contrarias, moldear la dirección y las políticas del partido que hoy está a punto de desaparecer.
Fungió como asesor del presidente Andrés Manuel López Obrador, con quien, se dijo, salió fuertemente conflictuado. Su rol en la administración de AMLO fue poco relevante, pero nunca se alejó de la 4T, pues siguió trabajando cerca del equipo de Marcelo Ebrard en la Cancillería.
Lázaro Cárdenas ha resurgido gracias al nuevo nombramiento como jefe de la oficina de Sheinbaum. Sin embargo, la combinación de su legado familiar, su propia trayectoria política y su rol en la administración actual hacen que Cárdenas Batel sea una figura importante para la izquierda en México.
Retos inmensos
A tal grado llega la confianza que la virtual presidenta electa le tiene a Cárdenas, que la jefatura de la oficina no fue la primera oferta que se le planteó al michoacano, sino la mismísima dirección de Pemex, ofrecimiento que desechó tajantemente, al igual que lo hiciera su padre a AMLO en 2018.
La intención de Sheinbaum era colocar un personaje de renombre en ese puesto, a fin de reactivar un área que ha tenido bastantes claroscuros en la 4T. El endeudamiento y gasto excesivo que sufre la empresa mexicana lo tiene en números rojos. Fue algo que Cárdenas valoró desde un principio, negando su participación.
Luego se habló de que entraría a la Cancillería, pues sus conexiones internacionales, especialmente con Estados Unidos y América Latina, lo tienen bien posicionado, además de ser un fuerte aliado del ex canciller Marcelo Ebrard. Finalmente, el grupo de “los puros” lograron posicionar a Juan Ramón De La Fuente, alegando que Cárdenas había salido por la puerta trasera del gobierno y tenía una mala relación con López Obrador.
Así que luego de barajar dichas cartas, Claudia le ofreció el lugar más cercano que cualquier gobernante puede tener: un asiento en seguida de la silla presidencial.
Es una resurrección política; el ave fénix que levanta el vuelo político; el hombre de izquierda que será la mano derecha de la presidenta.
Lázaro será prácticamente el representante de Sheinbaum ante el sector privado y ante la oposición. Tendrá que mostrar su talante negociador y de conciliación, pues tiene la instrucción de lograr que se lleven bien los gobiernos opositores con su nueva jefa.