Quizá todo el evento se centró en la fotografía de Ebrard junto a Sheinbaum y las palabras del ex canciller. Recordemos que la elección interna de Morena (de las llamadas “corcholatas”) para elegir al candidato, no fue nada tersa.
Se decía en ese entonces, que incluso Marcelo podría buscar la presidencia por otro partido político, pues prácticamente todos los partidos de oposición lo buscaron para que fuera su representante. Él aguantó la derrota y decidió participar activamente en las campañas de Morena para promover el voto y así mantener su liderazgo dentro del partido en el gobierno. Ahora, despachará en una secretaría que podría temblar a causa de las elecciones en Estados Unidos y debe estabilizar sus relaciones comerciales, las que tanto ha presumido el presidente López Obrador. No es ninguna casualidad que el ex precandidato llegue a esa posición donde se necesita cabildear demasiado.
Más allá de que la virtual presidenta electa haya mostrado que sus primeros ‘destapados’ son perfiles serios y reconocidos, el mensaje buscó retumbar en donde más le ha dolido al morenismo post-elecciones: los mercados.
Desde el día uno, Palacio Nacional y el equipo de transición han buscado calmar la incertidumbre de los grandes empresarios nacionales e internacionales, quienes tienen una seria duda sobre el llamado “plan C”, que podría significar un poder absoluto de la presidenta en el Congreso de la Unión, a fin de ejecutar reformas radicales en áreas muy sensibles como el Poder judicial, la transformación del Instituto Nacional Electoral, entre otras.
El mensaje que se dio el día de ayer, desde el Museo Interactivo de Economía, fue justamente llamar la atención de quienes podrían criticar las asechanzas de la 4T 2.0, mostrándoles rostros que los inversionistas conocen y no políticos improvisados o novatos.
Un equipo de incondicionales
Ahora bien, al presentar a Rosaura Ruiz, como próxima secretaria de Ciencia, Humanidades e Innovación, un nuevo puesto en el gabinete, demuestra que el talante científico de la virtual presidenta electa será una prioridad y quizá el ingrediente más notorio que buscará posicionar en su legado de los próximos seis años.
Juan Ramón de La Fuente llega sumamente empoderado a la Cancillería. El ex rector de la UNAM se convirtió en la mano derecha de Claudia. Ahora tendrá que mantener una nueva y buena relación con el mundo, sobre todo con Estados Unidos, incluso con la alarmante amenaza de que Donald Trump pueda ganar la presidencia de EU y radicalizar su postura anti mexicana.