La historia de nuestra democracia tiene en su centro la creación del Congreso de la Unión, un espacio de debate y discusión de la “construcción de la patria”, como lo definió José María Morelos y Pavón el 14 de septiembre de 1813 con el Congreso de Anáhuac, que dio pie a la declaración de Independencia de la América Septentrional. Desde entonces se sucedieron eventos violentos que culminaron en la nueva nación independiente en 1821; las constituciones que se promulgaron fueron la de 1824 y después la de 1857, que restableció el federalismo. En el siglo XX, la promulgación de la Constitución de 1917 como el antes y después del movimiento de la Revolución Mexicana.
#ColumnaInvitada | ¿Seguirá la construcción de una democracia?
En un solo acto, AMLO presentó 20 iniciativas de reforma constitucional para que “regrese el humanismo”. En el ocaso del gobierno, se adopta una connotación política de estrategia electoral.
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César Alejandro Giles escribe “Las reformas a la Constitución en la era de la alternancia”, publicado por el Instituto Belisario Domínguez (IBD) del Senado de la República, concluye que, a 107 años, en periodos de los gobiernos divididos y las alternancias se han impulsado el mayor número de cambios a la Constitución, para responder a demandas sociales y sustentar jurídicamente los programas de las diferentes administraciones. El mismo autor señala que sólo 19 de 136 artículos no han sido reformados. Así que se han acumulado 256 reformas que, además, se han modificado 770 veces en diversos artículos.
En este contexto, el actual mandatario ha sido quien en un solo acto presenta 20 iniciativas de reforma constitucional para que “regrese el humanismo”. En el ocaso de este gobierno, adoptan una connotación política de estrategia electoral. Primero, porque se requiere la aprobación de las dos terceras partes del Congreso de la Unión, se deben enviar a los Congresos locales, al menos 17 deberán aprobarlas para que después se declare su constitucionalidad y se publique en el Diario Oficial de la Federación.
Como está configurada la fuerza política en la 65 legislatura, conformada por ocho partidos, Morena tiene 201 legisladores (40.2%), el PAN tiene 112 (22.4%), el PRI 71 (14.2%), PVEM 40 (8%), PT 33 (6.6%), MC 28 (5.6%), PRD 12 (2.4%) y sin partido tres (0.6%), como se puede constatar en su portal. Además, en cuanto a los estados: Morena gobierna 23 estados, el PAN cinco, el PRI dos, el MC dos y el PVEM uno. Así que, para empezar, pareciera el anuncio de la muerte anunciada, pero en realidad el propósito no es entonces así de simple. Lo que guarda es la intención del proyecto histórico que el movimiento en voz de su líder anunció como cuarta transformación. Así que numéricamente no se aprobarían las 20 iniciativas. En realidad es un trabajo de consensuar, dialogar, convencer. Es decir, un trabajo político de largo aliento, que da bien para tirar la línea política de las campañas políticas municipales, estatales y, claro, la federal.
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La estrategia está abierta, así es la democracia: el privilegio de la mayoría, aunque no redunde en las mejores decisiones. Ante este escenario, está en la sociedad el trabajo de discernir, razonar, valorar las propuestas de los candidatos para votar el 2 de junio. Ya que terminó la intercampaña (que inició el 19 de enero) y comienza la campaña (primero de marzo al 29 de mayo), veremos con seguridad los nutridos discursos en diversos escenarios. El bloque oficialista buscará la mayoría en todo, aunque después, en el ejercicio de gobierno, quedan pendientes para administrar y legislar.
En la construcción de nuestra joven democracia, el siglo XXI está marcado por una mayor participación social, esa que demostró su poder en el 2000 para terminar con una hegemonía del poder, esa que logró hacer ley la transparencia, pero aún falta afianzar la rendición de cuentas y combatir de verdad la corrupción. Finalmente, no importa si hay una mayoría, lo realmente importante es escuchar y atender las necesidades de todos: ¿será que seguiremos construyendo hacia futuro o regresemos al punto cero?
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Nota del editor: Margarita Argüelles Gómez es politóloga, profesora e investigadora. Miembro Fundadora de la Asociación Mexicana de Ciencias Políticas (AMECIP) y secretaria de Membresías. Escríbele a margarita_arguelles@hotmail.com . Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente a la autora.
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