Para convertirlo en un destino de clase mundial se construyó toda la infraestructura que se necesitaba, como la carretera escénica que se inauguró en 1954.
No está por demás comentar que, en 1958, Fidel Castro triunfa sobre Fulgencio Batista y una de las consecuencias fue que Acapulco acabó heredando algo de la ardiente reputación de la Habana.
Para 1963 el rey de rock, sí, Elvis lo puso en el centro de las miradas con la película ‘Fun in Acapulco’. En esta comedia musical a colores, Elvis se besa y canta en el puerto, al tiempo que corteja a una joven y guapa Ursula Andress y a la talentosa actriz mexicana Elsa Cárdenas, quien interpreta a una torera, mientras que Presley es un trapecista que sufre de miedo a las alturas después de un trágico accidente. Se recupera en la quebrada de Acapulco, donde la peli termina con un espectacular clavado, esto de acuerdo con el libro de la historia de Las Brisas.
Y cómo dejar de recordar que a principios de la película sale Elvis tratando de negociar con el gerente del hotel mientras un niño estaba jugando, convirtiéndose esa escena en una muy temprana muestra del product placement realizado por el encargado de las relaciones públicas de dicho hotel.
De hecho, no se puede separar a Las Brisas del ascenso de Acapulco hacia la fama internacional, allá en los ¡años 60’s! Y es que ahí era donde se hospedaban la realeza y los políticos de alto nivel.
El hotel fue inaugurado en un día muy significativo, el 12 de diciembre de 1957 y aunque era diciembre llovió entre las 11 y las 12 del día. Contaba con 80 habitaciones y 30 albercas, pero ninguna de éstas era privada… en esos entonces ya existía el Restaurante Bella Vista y la Concha, la cual solo tenía una alberca pequeña y tres palapas.
Cuando la hija del presidente Lyndon Johnson quiso ir de vacaciones a Acapulco, Las Brisas fue el lugar seleccionado. O cómo dejar de contarles que la realeza británica acudía para pasar a ir las fiestas y vivir romances y que incluso el consulado británico estableció sus oficinas en el hotel.
Por lo cual, para nadie fue extraño cuando fue elegido como el mejor complejo hotelero del mundo…
Carlos Trouyett le compró a Juan March, VP de Bank of America, Las Brisas, quien había financiado la construcción del hotel, y de la zona residencial, y fue con él cuando despegó el complejo hotelero.
El dueño inicial de la propiedad fue Manuel Suárez y el arquitecto que diseñó y supervisó la construcción de las cabañas originales de la primera etapa y de las casas fue Jorge Madrigal.
El aeropuerto internacional de Acapulco fue inaugurado en 1964.
Acapulco y Las Brisas recibieron a personalidades como Aristóteles Onassis con Jacqueline, la reina Isabel II, Sean Connery, Liz Taylor, Frank Sinatra, Mario Moreno Cantinflas, Plácido Domingo, Madonna, John Travolta, Sylvester Stallone, etc.
Fue tal el éxito de Acapulco con la promoción de Miguel Alemán como presidente, que se decidió que lo que México necesitaba eran más Acapulcos y así comenzaron a crear Cancún para 1975.
¿Sabían que Acapulco fue sede de la primera disco de América Latina? Sí, fue el Tequila a Go Go, que abrió sus puertas en 1964 en una calle lateral de la costera, por la Diana Cazadora.
Y ya que recuerdo de la vida nocturna, cómo dejar de mencionar al Armando´s Le Club, en 1966.
Acapulco era realmente una meca del placer y la diversión, y su ambiente internacional lo hizo marcar tendencias en México fue cuando los millonarios comenzaron a quedarse en Acapulco durante el invierno.
Décadas más adelante, el Fantasy reinó en la escena nocturna hasta la apertura de Extravaganza, en 1989, y luego el famoso Baby O…
Pensar en Acapulco sin pensar en Luis Miguel es imposible…