Hay una gran contradicción en un movimiento con prisa para organizarse, inmediatamente, como asociación: de la flexibilidad, el convencimiento libre, los métodos no convencionales, a la rigidez de las reglas, las estructuras y las jerarquías.
Ebrard, quien nunca se mostró cómodo en los eventos tumultuosos –bendita magia del Tik-Tok que permite estar hasta en la soledad de una cocina, pero al mismo tiempo interactuar con millones de seguidores--, es capaz de poner fecha exacta al paso del movimiento a la institucionalidad.
“A partir del 18 de septiembre, vamos a organizar y formalizar nuestro movimiento político nacional. Seguimos siendo parte, compañeros, y espero el de la voz, de Morena. Siguen siendo varios compañeros del (Partido) Verde, siguen siendo varios compañeros del PT, pero tenemos una causa que defender”, afirma.
“Somos un movimiento político, eso es lo que somos, pero necesitamos tener nuestra propia forma de organización”, explica. Insiste en que la asociación que anuncia no es un partido político, pero porque no puede serlo, porque hay que esperar hasta las elecciones intermedias de 2027.
Tampoco se trata de una corriente, porque entre los fundamentos de Morena se establece (artículo tercero, inciso k de sus estatutos) que “la afiliación será individual, personal, libre, pacífica y voluntaria, sin corporativismos de ninguna índole; sin que se permitan facciones, corrientes o grupos que vulneren la soberanía del partido, es decir, su capacidad exclusiva de dirección general”.
Martha Lucía Micher, senadora y mano derecha de Ebrard, contribuye a la confusión al agregar el término de organización social. Está dentro de Morena, pero escapa a sus límites: hace un llamado para que se integren, no al partido del presidente, sino a la asociación, todas las personas interesadas, de cualquier lugar del país y de cualquier estrato social. Aglomeración expansiva.
Por eso Marcelo pide paciencia: “que nadie se desanime. Estas cosas toman tiempo y hay que luchar, y vamos a seguir luchando. A nosotros no nos van a doblar nunca”. El anuncio, al parecer, de un arduo camino para ir construyendo un partido político. Una de las pocas salidas que le quedan, un acto esperanzador para mantener el furor de sus simpatizantes. Un protopartido político.
El partido fundado por el presidente López Obrador realizó su asamblea constitutiva el 26 de enero de 2014 y el 9 de julio de ese año logró su registro, aprobado por el Consejo General del INE, cuyos integrantes validaron un total de 496,729 militantes y 30 asambleas estatales. Pero la historia de Morena va mucho más atrás, en su origen como asociación civil.